Kerly Marianela Villavicencio Alvarado, MSc.
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Vol. 5 No. 2, ISSN 2600-5832, diciembre, 2023
dominar el uso de dispositivos tecnológicos, programas digitales e Internet, así como el manejo de
tecnologías relacionadas con la reproducción gráfica que contemplen el ahorro económico, la
conciencia ambiental y el comportamiento de consumo.
El uso efectivo de la tecnología permite a los diseñadores gráficos ser más eficientes, experimentar
con nuevas ideas y ofrecer soluciones creativas en un entorno digital en constante evolución. También
proporciona acceso instantáneo a una enorme cantidad de recursos en línea, como imágenes de stock,
fuentes tipográficas, tutoriales y bibliotecas de diseño. Esto amplía las posibilidades creativas y facilita
la búsqueda de inspiración. La automatización de tareas repetitivas mediante scripts y acciones
predefinidas en software de diseño optimiza los flujos de trabajo, permitiendo a los diseñadores
centrarse en tareas más creativas y estratégicas.
En la década de los 90, la evolución del diseño gráfico presenta un auge en cuanto al uso de softwares
con la aparición de las primeras versiones de los programas como Dreamweaver, Illustrator, Photoshop
e InDesign, entre otros. Herramientas que, a día de hoy, son indispensables para diseñar, (Chávez,
2017).
En este sentido, con la llegada de la era digital al diseño, aparece la disyuntiva sobre el proceso creativo
del diseñador, atendiendo que el mismo tiene como herramienta fundamental de trabajo su capacidad
de crear contenido de valor a los usuarios. En este ámbito López (2012) expone que una afirmación
típica de los detractores de la creatividad computacional es que simular técnicas artísticas equivale a
simular el pensamiento y el razonamiento humanos, en especial el pensamiento creativo. Es imposible
hacer esto usando algoritmos o sistemas de procesamiento de información. No podemos estar menos
de acuerdo con esto. Como se desprende esperanzadoramente de los ejemplos expuestos, la
creatividad no es un don místico fuera del ámbito del estudio científico, sino algo que puede ser
investigado, simulado y reconducido en beneficio de la sociedad.
Al llegar la IA a la actualidad nos ha dado un giro enorme como diseñadores gráficos, aportando
beneficios significativos al mundo del diseño gráfico, mejorando la eficiencia, la creatividad y la
personalización. Sin embargo, también plantea desafíos en términos de intuición humana y riesgo de
desplazamiento laboral.
Se podría decir que el objetivo principal de la tecnología de la inteligencia artificial en la actualidad es
el de tratamiento y análisis de datos, por encima de la creación de sistemas con comportamiento
humano. En algunas ocasiones, lo interesante de esa tecnología será su capacidad de caracterizar los
datos de una forma simplificada para poder ver los datos de una manera mucho más eficiente o poder
realizar un análisis más exhaustivo y eficaz. Pero, en otras ocasiones, el objetivo principal del sistema
de inteligencia artificial va a ser el de identificar una serie de patrones dentro de todos los datos que se
le han proporcionado y de esta forma poder clasificar las observaciones del problema en diferentes
categorías que nos resulten útiles a la hora de tomar una decisión al respecto (Costalago, 2019).
En el ámbito del diseño muchos autores coinciden que la inteligencia artificial viene a colaborar con la
imaginación humana creando el termino de creatividad aumentada, el cual se entiende como la
integración de tecnologías avanzadas, como inteligencia artificial (IA), aprendizaje automático, realidad
aumentada (RA) y otras, para potenciar y mejorar los procesos creativos. En lugar de reemplazar a los
humanos en el proceso creativo, la creatividad aumentada busca complementar y ampliar las
capacidades creativas de los individuos. Según Aula Creativa, (2023), la IA no reemplaza a la
creatividad humana, sino que la amplifica. Herramientas como los generadores de diseño y las redes
neuronales, permiten a los diseñadores gráficos explorar nuevas ideas de una forma rápida y eficiente.
En este punto hay que recalcar que la creatividad, vista como un fenómeno aislado, se caracteriza por
la capacidad de percibir el mundo de nuevas formas, de encontrar patrones ocultos, de establecer
conexiones entre fenómenos aparentemente no relacionados y de generar soluciones originales. De
este modo implica dos procesos: pensar y luego producir. La creatividad es una fuerza combinatoria,
es nuestra capacidad para aprovechar nuestro conjunto interno de recursos (conocimiento, percepción,
información, inspiración y todo lo que se encuentra en nuestra mente) que hemos acumulado a lo largo
de los años, y combinarlos de maneras novedosas y sorprendentes (Meyer, 2021).
Todo esto sobrepone un reto inmenso para los diseñadores, quienes pueden ver un riesgo laboral ante
tanto auge tecnológico, debido a que la automatización de ciertas tareas podría llevar al desplazamiento
de trabajadores en el sector del diseño gráfico, especialmente aquellos cuyas funciones son más
susceptibles de ser automatizadas. en este tema Ridge (2023) sugiere que, para seguir siendo