Edison Leonardo Castro Paccha, Msc. - Mónica de los Ángeles Paccha Soto, PhD.
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Vol. 5 No. 2, ISSN 2600-5832, diciembre, 2023
INTRODUCCIÓN
El motivo para la elaboración del presente trabajo de investigación fue identificar el impacto que genera
la compra de productos y servicios en los sitios online y de lo que significa el e-commerce (comercio
electrónico), en base a la información recopilada de la revista Gestión digital y al grupo empresarial
PwC, Asesores Empresariales Cía. Ltda., durante y después de la pandemia mundial COVID-19 en
Ecuador.
El marketing a igual que el e-commerce se ha convertido de una herramienta muy poderosa para poder
comercializar los productos y servicios en los sitios en línea, especialmente durante y después de la
pandemia mundial del COVID-19. Por lo tanto, las compras virtuales son una oportunidad para aperturar
nuevos nichos de mercado, poder crear nuevos canales de negocios y genere nuevos ingresos
económicos a las empresas de Ecuador.
El e-commerce, también conocido como comercio electrónico, se refiere a la transacción de bienes y
servicios que se realiza entre un comprador y un vendedor, mediante una plataforma electrónica o el
internet. El comercio electrónico se puede desarrollar entre Empresa-Consumidor o B2C o Empresa-
Empresa o B2B (PwC,2020).
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) define al e-commerce como
“la venta o compra de bienes o servicios que se realiza a través de redes informáticas con métodos
específicamente diseñados para recibir o colocar pedidos” (OCDE, 2019).
El e-commerce (comercio electrónico) es un modelo de negocios en línea que permite a los
consumidores comprar productos y servicios a través de internet (Ideas creativas,2023).
Cuando el esfuerzo de marketing en el medio digital origina una transacción pasamos a hablar de
comercio electrónico. El vendedor presenta el surtido de productos a través de la red de
comunicaciones, y el cliente, allá donde se encuentre, puede visualizarlos a través del dispositivo que
esté utilizando, analizar las características, y tomar, en su caso, la decisión de compra, transmitiéndola
asimismo a través de esa red de comunicaciones (Rodríguez, 2014).
El comercio electrónico (e-commerce) se refiere por tanto a las transacciones financieras y de
información realizadas de manera electrónica entre una organización y cualquier otro tercero con el que
tenga tratos (Chaffey y Ellis-Chadwick, 2014).
En Ecuador el primer estudio realizado de e-commerce fue en el año 2017 lo cual se escogió una
muestra de 1284 personas donde el 91% utiliza internet muchas veces al día, de la cual el 35% siempre
compra bienes/servicios que satisfacen las necesidades del consumidor (Mieles et al., 2018).
En América Latina el e-comerce o va tomando un camino bastante prometedor. Enfocados en comercio
electrónico como tal, América Latina presenta grandes oportunidades para los años venideros, siendo
una de ellas la seguridad transaccional que va de la mano con la confiabilidad del usuario. En ese
sentido Guerrero y Rivas (2005), plantea que el mayor reto que las compañías enfrentan no es cómo
imitar el mejor modelo de negocios de e-commerce en su industria, sino cómo cambiar
fundamentalmente los esquemas aprendidos de operación del negocio tradicional.
Por otro lado, Guzmán y Abreu (2017), revelan que su implementación obedece a tres aspectos para
alcanzar el éxito en la transacción: el desarrollo de capacidades para lograr el éxito considerando el
entorno y los recursos, la gestión de la estructura y la estrategia para explotar las capacidades
existentes, y la gestión de los recursos para generar nuevos recursos y capacidades dinámicas.
La relación entre el comercio electrónico (e-commerce) y el marketing digital es esencial en la era
actual, donde la presencia online se ha convertido en un elemento clave para el éxito empresarial. El
e-commerce se basa en la venta de productos o servicios a través de plataformas digitales, y el
marketing digital juega un papel fundamental al promover, posicionar y atraer a los consumidores hacia
estas plataformas. Estrategias como el SEO, las redes sociales, el correo electrónico y la publicidad en
línea son herramientas clave en el arsenal del marketing digital, permitiendo a las empresas aumentar
su visibilidad, interactuar con su audiencia y convertir leads en clientes. Además, el análisis de datos y
la personalización de la experiencia del usuario son aspectos fundamentales que el marketing digital
aporta al e-commerce, permitiendo a las empresas adaptarse a las preferencias individuales de los
consumidores y mejorar continuamente su rendimiento en el competitivo mundo online.
Mientras que el marketing digital se centra en la promoción, el alcance y la interacción con la audiencia,
el e-commerce se enfoca en la venta directa y la gestión de transacciones en línea. Ambos son
componentes esenciales para el éxito de cualquier empresa en el mundo digital actual, y una estrategia
bien integrada de marketing digital puede impulsar el crecimiento del e-commerce de manera
significativa (Pillado, 2023).
En cualquier caso, el marketing digital va más allá de una transacción online, pues las citadas
herramientas digitales, sobre las que nos extenderemos en lo que sigue, no solo propician el
intercambio en la red, sino que sirven para dar a conocer los productos y/o servicios de la organización,