DOI: https://doi.org/10.3407
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Formativa, Innovación y Aplicaciones, junio, 2024
LA CALIDAD Y LA AFECTIVIDAD EN EL SERVICIO ESTUDIANTIL: UN
BINOMIO FUNDAMENTAL PARA EL ÉXITO EDUCATIVO
Quality and affectivity in student service: a fundamental binomial for
educational success.
Zuleyma Delgado Saeteros, Msc
Instituto Superior Universitario de Formación
Profesional, Administrativa y Comercial.
https://orcid.org/0000-0001-6595-7303
zuleyma.delgado@formacion.edu.ec
Esteban Orrala Jiménez, Psic.
Instituto Superior Universitario de Formación
Profesional, Administrativa y Comercial.
https://orcid.org/0009-0003-8547-8790
esteban.orrala@formacion.edu.ec
Palabras claves: calidad, afectividad, satisfacción, motivación, éxito educativo.
Recibido: 10 de Enero de 2024
Keywords: quality, affectivity, satisfaction, motivation, educational success.
Aceptado: 5 de mayo de 2024
RESUMEN
El presente artículo aborda la importancia de la calidad y afectividad en el servicio estudiantil, asumiendo una
visión integradora de esta gestión. Se destaca además que la relación calidad-afectividad no son dos
elementos independientes sino más bien complementarios que deben ser aplicados en todos los servicios
que ofrece una institución académica, los mismos que impactarán en el bienestar emocional, autoestima,
motivación, habilidades sociales y capacidad para enfrentar desafíos de los estudiantes, además permitirá
crear un entorno educativo positivo e integral. Emprender la gestión de calidad en las Instituciones de
Educación es cada día más necesario, pero a la vez un desafío que debe iniciar desde un análisis previo y
englobar activamente a toda la comunidad universitaria, pues la calidad que debe tener una institución no solo
se focaliza en la transmisión de conocimientos sino en todos sus procesos a fin de perfeccionar su
funcionamiento. El presente trabajo también analiza casos de instituciones en donde la calidad y afectividad
se traducen en éxito educativo.
ABSTRACT
This article addresses the importance of quality and affectivity in student service, assuming an integrated vision
of this management. It also highlights that the relationship between quality and affectivity are not two
independent but rather complementary elements that should be applied in all services offered by an academic
institution, which will have an impact on the emotional well-being, self-esteem, motivation, social skills and
ability to face challenges of students, in addition to creating a positive and comprehensive educational
environment. Undertaking quality management in educational institutions is becoming increasingly necessary
but at the same time a challenge that must start from a previous analysis and actively involve the entire
university community, since the quality that an institution must have is not only focused on the transmission of
knowledge but in all its processes in order to improve its operation. This paper also analyzes cases of
institutions where quality and affectivity translate into educational success.
Zuleyma Delgado Saeteros, Msc- Esteban Orrala Jiménez, Psic.
INTRODUCCIÓN
En el entorno educativo, el logro de los estudiantes depende no solo de la calidad de la enseñanza en el aula,
sino también de los diversos servicios que los apoyan a lo largo de su camino académico. La combinación de
calidad y afectividad en el servicio estudiantil se revela como un dúo esencial para marcar una diferencia en
el rendimiento y el bienestar de los estudiantes. Este artículo se centra en cómo la excelencia en los servicios
para estudiantes y la creación de un ambiente afectuoso y de apoyo contribuyen de manera significativa al
éxito educativo.
La calidad en los servicios estudiantiles abarca varios aspectos, desde la eficiencia en la gestión administrativa
hasta la disponibilidad de recursos académicos y actividades extracurriculares adecuados. Sin embargo, la
afectividad, entendida como la capacidad de estos servicios para crear un entorno de empatía, comprensión
y apoyo emocional, es igualmente crucial. La combinación de ambos factores genera un entorno favorable
para el aprendizaje, donde los estudiantes se sienten valorados, comprendidos y motivados para alcanzar
sus objetivos.
En el panorama educativo actual, donde la búsqueda de la excelencia y el éxito académico son pilares
fundamentales, la calidad y la efectividad del servicio estudiantil se erigen como un binomio indisoluble para
el logro de los objetivos educativos (Martínez, Tobón y Romero, 2017). Un servicio estudiantil de calidad,
caracterizado por la eficiencia, la empatía, la proactividad y la personalización, se convierte en un factor
determinante en el bienestar integral de los estudiantes, impulsando su motivación, engagement y, por ende,
su rendimiento académico (Tobón, 2013).
El concepto calidad fue inicialmente utilizado en el medio empresarial y luego fue extendido al entorno
educativo. Cuando este constructo se aplica a este último se debe contemplar tanto su finalidad como su
sentido y sus funciones, es decir, todo el sistema educativo en su conjunto (Sverdlick, 2012). Jiménez
González y colaboradores (2011) consideran que, en la valoración de la calidad de la educación, la
satisfacción del estudiante es un factor importante y se refleja en la eficiencia y eficacia de los servicios
académicos y administrativos que se ofrecen, tales como programas de estudio, relaciones interpersonales,
instalaciones y equipamiento, entre otros.
Asimismo, Araiza, Zambrano y Ramírez (2016) señalan que ciertos estudios se han enfocado en la valoración
global de los estudiantes en torno al conjunto de servicios que ofrecen las IES, tales como los de apoyo
escolar, los culturales, los deportivos y los sociales. (Bustos y Salazar, 2012) indican que se puede hablar de
calidad en la educación cuando ésta es capaz de maximizar los beneficios profesionales, sociales y
económicos, así como la calidad de vida de los estudiantes
En las últimas décadas las instituciones de educación superior han incrementado su interés por mejorar la
calidad brindada, exigencias que también han partido por los organismos de control y acreditación, sin
embargo, ha sido y sigue siendo un gran reto tomar las demandas de los estudiantes para poder satisfacer
absolutamente todas sus necesidades
Al respecto, Flavián y Lozano han señalado que:
Uno de los problemas que se plantean en dicho sector es la gran complejidad inherente a la prestación de
servicios educativos derivada de la necesidad de cumplir de forma simultánea múltiples objetivos y de
satisfacer a diversos colectivos. Esta situación dificulta la concreción de aspectos básicos como: ¿Qué tipo
de necesidades concretas debe satisfacer la actividad educativa?, por tanto, ¿quién es el verdadero cliente
en la prestación de servicios educativos? (2005 p. 32).
Es por ello que, en el contexto educativo, los estudios de calidad percibida se han centrado, de manera
general, en el tercer nivel. Su fundamento es que este tipo de instituciones, como proveedoras de servicios,
deben satisfacer las necesidades de sus clientes principales: los alumnos (Cie, 2007).
En relación a lo expuesto es importante entender que toda empresa aun cuando su giro normal sea educativo
debe tener objetivos propios, pero en ellos siempre se debe incluir la satisfacción del cliente, para esto las
instituciones educativas deben tratar de minimizar la burocracia, flexibilizar las estructuras académicas y
administrativas y otorgar al cliente o en este caso al estudiante un trato empático y afectivo.
En el ámbito dinámico de la educación superior, la afectividad y la calidad del servicio se convierten en
elementos primordiales para garantizar una experiencia educativa integral y satisfactoria para los estudiantes.
Ambas dimensiones, lejos de ser independientes, se entretejen de forma indisoluble, creando un ecosistema
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La calidad y la afectividad en el servicio estudiantil: un binomio fundamental para el éxito
educativo
de aprendizaje propicio para el desarrollo personal, académico y profesional de los futuros graduados. Es así
como podemos precisar que la educación en su esencia va más allá de la mera transmisión de conocimientos,
es un proceso holístico que involucra el desarrollo integral del ser humano, en el que tanto las dimensiones
cognitivas como las afectivas juegan un papel fundamental. En este sentido la calidad y la afectividad en el
servicio educativo se erigen como pilares imprescindibles para garantizar una experiencia de aprendizaje
verdaderamente significativa y transformadora.
En definitiva, invertir en un servicio estudiantil de calidad y efectivo es una inversión en el futuro de los
estudiantes y de la sociedad en su conjunto (Martínez et al., 2017). Es un compromiso con la excelencia
educativa y con la formación de ciudadanos íntegros, capaces de contribuir positivamente al desarrollo de su
comunidad y del mundo (Tobón, 2013).
DESARROLLO
La calidad del servicio
La calidad es un término ampliamente utilizado, el cual guarda relación con 5 enfoques importantes:
trascendente (calidad como excelencia), basado en el producto (calidad en la diferencias y atributos de los
productos), basado en el cliente (en relación con las expectativas del cliente hacia el producto o servicio),
basado en la producción (calidad en función de la conformidad con las especificaciones de un producto) y un
enfoque basado en el valor (basado en en la calidad como valor) (Capelleras, 2001).
Capelleras (2001) menciona que, para obligar a una organización a investigar cuales son aquellos requisitos
que demanda un consumidor a cliente en relación al producto, se puede definir a la calidad como la
satisfacción de las expectativas de un cliente o usuario, lo que permite detectar los errores para corregirlos
posteriormente. Si bien el concepto de calidad ha evolucionado de considerarse como “hacer las cosas bien
independientemente del costo o esfuerzo necesario para ello”, ahora se busca conseguir una reducción
sistemática de costos, la construcción de equipos de mejora y generar una competitividad basada en la
satisfacción del cliente (Cubillos y Rodríguez, 2009). A esto se podría añadir que el concepto de calidad
implica dos elementos esenciales: el resultado y el estándar, realizando una comparación entre los resultados
obtenidos en un proceso frente a los requerimientos que se plantearon previamente (Sanabrina et al., 2013).
Esta relación entre el análisis de los resultados en base a requerimientos ya establecidos y que son producto
del análisis de la satisfacción del cliente puede ser aplicada en diferentes ámbitos de producción y servicios,
por lo que resulta lógico y pertinente hacer un análisis desde la calidad en el servicio educativo.
Un componente esencial para brindar a los estudiantes una educación efectiva y satisfactoria es la calidad de
los servicios educativos que reciben. Esta calidad educativa se refiere a la capacidad que tienen las
instituciones para brindar experiencias de aprendizaje enriquecedoras, relevantes y personalizadas que
satisfagan las necesidades particulares de los alumnos. Ahora bien, debemos entender que la calidad
educativa no solo abarca el aspecto del aprendizaje, sino más bien debe ser una cualidad integral de la
institución.
La calidad educativa es conceptualizada por Muñoz et Al. (2022) como un nivel avanzado que permite la
realización de objetivos institucionales, buscando una excelencia basada en la preservación de la cultura e
historia, el desarrollo económico, personal y de la sociedad. Basado en este concepto es importante
considerar visualizar a los estudiantes como el consumidor, los centros educativos como proveedores del
producto y la sociedad como aquella que evalúa si la calidad del producto se adecúa a las necesidades
modernas (Castillo, 2020).
En este sentido, uno de los aspectos importantes para alcanzar en relación con la calidad educativa es la
satisfacción de los estudiantes en relación con los servicios que ofrecen las instituciones de educación
superior. La perspectiva del estudiante como consumidor permite establecer una relevancia en el grado en el
cual esta población se siente satisfecha con el tiempo invertido en su educación. La satisfacción del estudiante
refleja la eficiencia de los servicios académicos y administrativos de los centros de educación superior
(Jiménez et Al., 2011).
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Esta satisfacción fue valorada por Eyzaguirre (2016) y considera que tanto la infraestructura de una IES como
los servicios estudiantiles que ofrece la misma son elementos que generan mayor satisfacción en la población
de estudiantes, por lo que desde esa línea resulta relevante analizar cómo funciona un servicio estudiantil de
calidad.
Importancia de brindar un servicio educativo de calidad
La investigación ha demostrado que los resultados académicos, el bienestar emocional y el éxito de los
estudiantes están directamente relacionados con la calidad del servicio estudiantil.
Hay varios estudios que han demostrado que las instituciones educativas que dan alta prioridad a la calidad
de sus servicios estudiantiles tienden a minimizar el riesgo de deserción, mantienen mejores resultados en
exámenes de referencia y niveles más altos de satisfacción entre los estudiantes.
Por lo tanto, invertir en la mejora continua de la calidad del servicio estudiantil es inherente para garantizar un
ambiente educativo que promueva el éxito de todos los estudiantes, independientemente de sus antecedentes
y habilidades. Esto exige un enfoque integral que incluya la participación y el apoyo activo de todas las partes
interesadas especialmente del área de calidad, quienes deben tratar de analizar, evaluar e implementar
estrategias efectivas para mejorar constantemente la calidad del servicio ofrecido.
Servicios estudiantiles
Los servicios estudiantiles sirven de apoyo para el proceso de búsqueda de la calidad educativa ya que se
busca fortalecer el ambiente institucional para que los estudiantes se sientan cómodos con su desarrollo
académico. En base a esto, Zambrano y colaboradores (2019) mencionan que el tratamiento del personal de
las IE hacia los estudiantes debe implicar amabilidad y accesibilidad, la preocupación hacia los problemas
que esta población pudiera presentar para que así se perciba que se están desarrollando en un ambiente
caracterizado por el profesionalismo. Es por esta razón que independientemente de las acciones que tomen
las IE para desarrollar un servicio estudiantil de calidad, es necesario que estas tengan en consideración las
siguientes características:
Eficiente: Hace referencia a un cambio que afecta a una situación sin afectar a otra, en donde la utilidad de
un individuo no perjudica a otro, generando así un bienestar social (Figueroa y Gavalo, 2017). En este sentido,
los procesos administrativos deben ser ágiles y transparentes, y los recursos necesarios deben estar
disponibles de manera oportuna.
Efectivo: La efectividad hace referencia a la relación entre los resultados previstos y no previstos,
estableciendo el grado de cumplimiento de la meta propuesta inicialmente, siendo esta consecución algo
trascendente (Rojas et al., 2018), por lo que las acciones y programas implementados deben tener un impacto
positivo en el aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes para cumplir con esta denominación de
trascendencia.
Oportuno: Se refiere a un acontecimiento que ocurre en el momento más favorable para la consecución del
éxito o efectividad. Se trata de una situación en el que las condiciones son propicias para que algo tenga un
resultado positivo. Es por esto que las acciones orientadas hacia los estudiantes para generar un ambiente
cómodo y de seguridad, como fue explicado previamente, deben ser rápidas y oportunas.
Cortés: La cortesía es aquel comportamiento humano que describe cómo un individuo interactúa en
situaciones de habla utilizando términos socialmente aceptables, en donde de alguna manera esimplícita
la idea del “conocimiento” de ciertas reglas de comportamiento social adecuadas para una correcta interacción
con el interlocutor (Bravo, 2003) Para esto, las acciones que se toman hacia los estudiantes para la gestión
de los servicios estudiantiles debe estar orientada a través de la comunicación cortés.
La comunicación asertiva: Sumado a la cortesía, la asertividad implica la capacidad de comunicar opiniones,
creencias, pensamientos, sentimientos y deseos personales de una forma directa y adecuada, siendo una
actitud intermedia entre pasiva y agresiva que comprende factores de conducta verbal como la fluidez, el tono
o el vocabulario, como factores no verbales comprendidos en la postura corporal, gestos y la expresión facial
(Velázquez et al., 2008). La capacidad de expresar ideas y sentimientos de manera clara, concisa y
respetuosa conlleva a que las acciones a tomar en los servicios estudiantiles sean comunicadas
oportunamente.
La escucha activa: Este término describe una forma de comunicación que permite la transmisión de ideas
claras que no irrumpe a la participación del otro individuo que participa en un diálogo. Es la capacidad de
La calidad y la afectividad en el servicio estudiantil: un binomio fundamental para el éxito
educativo
prestar atención a los estudiantes y comprender sus necesidades se realiza gracias a que se escucha
atentamente, se analiza y razona para comprender la información que se recibe para actuar coherentemente
según la información que se obtenga de este diálogo entre dos o varias personas (Hernández y Lesmes,
2017).
Trato respetuoso: El trato digno y considerado hacia los estudiantes.
Confianza: La creación de un ambiente seguro en el que los estudiantes se sientan cómodos para expresarse
y compartir sus ideas.
Empatía: Se puede definir la empatía como la habilidad para ver, sentir, responder y entender como si uno
fuera el otro. Partiendo de esta definición, Weinstein y colaboradores (1972) hacen una relación de la empatía
con la adopción de roles, la cual hace referencia a la reconstrucción imaginaria en donde se hace una
inferencia sobre la experiencia de otra persona, esto con la finalidad de intentar estar presente con la persona
en una situación específica. Para estos autores, el término de empatía define la precisión del proceso de la
adopción de roles ya que se hablaría de la similitud entre el rol adoptado y el rol actual de la persona que lo
adopta, yendo más a allá de la identificación con otro, ya que se puede intentar experimentar un marcado
sentido de afectividad, cercanía y similaridad.
La afectividad en el servicio estudiantil
La educación es un proceso integral que trasciende la simple obtención de conocimientos académicos. Para
alcanzar un aprendizaje que sea positivo y duradero, es esencial tener en cuenta el aspecto afectivo del
proceso educativo.
La afectividad en el servicio estudiantil se refiere a la capacidad de establecer relaciones positivas y
significativas con los estudiantes. Abordajes de Deitch y Fishbach (“Empathy and Education,” 2011)
mencionan que la interacción entre dos personas permite experimentar empatía, influyendo en la capacidad
de verse reflejado en otra persona a través de factores cognitivos y afectivos, teniendo en cuenta que la
capacidad de empatizar con otra persona dependerá además de otros factores como la edad, el género, entre
otros atributos de los individuos y el contexto situacional. Estos autores definen además que la función de la
empatía está asociada con la aparición de conductas altruistas como la cooperación, mencionando también
una relación inversamente proporcional entre los niveles de empatía y los niveles de agresividad.
En base a lo expuesto podemos determinar que la afectividad es trascendental para crear un ambiente afable
y de apoyo a los estudiantes. Mostrar empatía, comprensión, amabilidad y disposición de ayuda puede marcar
la diferencia en la experiencia educativa por lo cual es importante que las personas que otorgan el servicio
estudiantil en cualquier área que sea (docencia, administración) se enfoquen en establecer relaciones
genuinas con los estudiantes, brindando un trato lido y personalizado que les haga sentir escuchados y
valorados. La afectividad en el servicio estudiantil contribuye a fortalecer la relación entre la institución
educativa y los estudiantes impulsando así el bienestar emocional y su éxito educativo.
El binomio calidad-afectividad
Este binomio se refiere a la estrecha relación que existe entre la calidad del servicio educativo y la dimensión
afectiva que se desarrolla en el proceso enseñanza-aprendizaje. La calidad educativa se describe por un
cúmulo de cualidades que garantizan una formación sólida y significativa, mientras que la afectividad se
relaciona con las emociones, sentimientos y actitudes que se generan en la interacción entre docentes,
estudiantes y la comunidad educativa.
La calidad y la afectividad en el servicio estudiantil no son dos elementos independientes, sino que se
complementan y refuerzan mutuamente. Un servicio estudiantil de calidad que no sea afectivo puede ser
percibido como frío e impersonal, mientras que un servicio efectivo que no sea de calidad puede no ser
efectivo en el logro de sus objetivos. En consonancia a lo descrito podemos determinar que ambos aspectos
son esenciales para el desarrollo integral de los estudiantes y el logro del éxito educativo.
La educación que integra calidad y afectividad ofrece diversos beneficios para el desarrollo integral de sus
alumnos tales como;
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Fomenta un clima educativo positivo
Promueve el bienestar emocional
Potencia el aprendizaje
Desarrolla habilidades socioemocionales
Ahora bien, para implementar el binomio calidad-afectividad se requiere un enfoque integral que abarque a
toda la comunidad educativa:
Figura 1
Implementación del binomio calidad-afectividad en la comunidad educativa
Casos de cómo la calidad y la afectividad se traducen en éxito educativo
Caso 1: Calidad Educativa en Finlandia
Un caso notable de cómo la calidad y la afectividad se traducen en éxito educativo es el de Finlandia, cuyo
sistema educativo es ampliamente reconocido como uno de los mejores del mundo.
Calidad educativa en Finlandia
Profesores Altamente Calificados: En Finlandia, todos los profesores deben tener un alto nivel de
educación. Este alto nivel de formación asegura que los educadores tengan un profundo conocimiento de los
contenidos y las mejores prácticas pedagógicas.
Currículo Flexibles y Enfocados en la Comprensión Profunda: El currículo finlandés esdiseñado para
fomentar una comprensión profunda en lugar de la memorización superficial. Esto se traduce en estudiantes
que no solo conocen los hechos, sino que también entienden los conceptos y pueden aplicarlos en diferentes
contextos.
Evaluaciones Formativas: En lugar de centrarse en pruebas estandarizadas, Finlandia utiliza evaluaciones
formativas que ayudan a los profesores a entender mejor el progreso y las necesidades de cada estudiante,
permitiendo una enseñanza más personalizada.
Afectividad en el Sistema Educativo Finlandés
Relaciones de Confianza y Respeto: Las relaciones entre profesores y estudiantes en Finlandia se basan
en la confianza y el respeto mutuo. Los profesores son vistos como guías y mentores más que como figuras
autoritarias, lo que crea un ambiente de aprendizaje más abierto y colaborativo.
Bienestar Estudiantil: El sistema educativo finlandés pone un fuerte énfasis en el bienestar emocional y
físico de los estudiantes. Se proporciona apoyo psicológico y social, y se promueve un equilibrio saludable
entre el estudio y el tiempo libre.
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educativo
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Ambiente Escolar Agradable: Las escuelas finlandesas suelen tener ambientes físicos acogedores y bien
diseñados, lo que contribuye a una atmósfera agradable y propicia para el aprendizaje.
Resultado: Los estudiantes finlandeses consistentemente tienen altos rendimientos académicos
experimentando menos estrés y ansiedad. Cuando egresan tienen altas tasas de éxito en la educación
superior y en sus carreras profesionales, reflejando una sólida preparación académica y habilidades para la
vida.
Caso 2: Programa de Mentoría "Guías Universitarios" en la Universidad San Francisco de Quito
El programa de mentoría "Guías Universitarios" de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) nivela a
estudiantes de primer año con estudiantes de años superiores para brindar apoyo académico, personal y
profesional. El programa se basa en los siguientes principios:
Selección y Capacitación de Mentores: La universidad selecciona estudiantes en base a su excelencia
académica, liderazgo y compromiso con la comunidad universitaria para que previo a una capacitación
brinden apoyo efectivo a estudiantes mentorizados.
Relaciones de Confianza: Se promueve la construcción de relaciones de confianza entre los mentores y los
estudiantes mentorizados, creando un espacio seguro para el diálogo, la orientación y el apoyo mutuo.
Asesoría personalizada: Los mentores brindan asistencia individualizada a sus estudiantes mentorizados
en temas como la adaptación a la vida universitaria, la gestión del tiempo, la selección de cursos, la búsqueda
de oportunidades de investigación y el desarrollo profesional.
Resultado: Según los análisis de la Universidad San Francisco de Quito este programa ha demostrado ser
una herramienta eficaz para mejorar la experiencia universitaria de los estudiantes de primer año. Se ha
observado una mayor adaptación a la vida universitaria, una reducción a los niveles de estrés y ansiedad, un
aumento en la motivación y un mayor desarrollo en las habilidades interpersonales.
Caso 3: Centro de Acompañamiento Estudiantil en el Instituto Universitario de Formación
El Centro de Acompañamiento Estudiantil del Instituto Universitario de Formación (CAE) hace parte de la
Unidad de Bienestar Estudiantil, este centro se encarga especialmente de darle seguimiento a los estudiantes,
lo que conlleva a participar en las acciones de orientación y apoyo en los procesos de aprendizaje.
El Centro de Acompañamiento Estudiantil de UF está compuesto por varios asesores, los mismos que
mantienen grupos de estudiantes a los cuales se les genera seguimientos automáticos, manuales y
preventivos en cada una de las materias que van cursando, además de estar disponible para contestar
mediante mensajes de WhatsApp todas las consultas de los estudiantes o a su vez direccionarlos de forma
eficiente.
En el desarrollo del seguimiento realizado los asesores pueden identificar situaciones problemáticas ya sean
de tipo académico o personal y dependiendo de esta identificación mancomunadamente con los demás
departamentos correspondientes tratan de ayudar al estudiante o a su vez derivarlo a las acciones específicas
tales como;
Psicología
Atención médica
Apoyos pedagógicos
Resultado: En el marco de la metodología A+A (Aprendizaje + Afectividad) y como base fundamental para
mejorar la calidad y eficiencia de la institución educativa el Centro de Acompañamiento Estudiantil ha
generado con los alumnos vínculos de confianza y empatía, mejorando así los indicadores de retención,
aprovechamiento, eficiencia terminal, titulación y su desempeño profesional.
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CONCLUSIONES
En el contexto educativo, la calidad y la afectividad en los servicios estudiantiles son componentes cruciales
para el éxito académico y el bienestar emocional de los estudiantes. Este artículo ha subrayado cómo una
combinación equilibrada de estos dos elementos puede crear un entorno de aprendizaje enriquecedor y
propicio para el desarrollo integral de los alumnos.
La calidad de los servicios estudiantiles, que incluye la eficiencia administrativa, la disponibilidad de recursos
y el apoyo académico, debe estar acompañada de una atención afectiva que promueva la empatía, el respeto
y la comprensión. Esta combinación asegura que los estudiantes no solo reciban una educación de alta
calidad, sino que también se sientan valorados y apoyados en su camino académico.
El ejemplo de Finlandia y los programas de mentoría y acompañamiento en instituciones como la Universidad
San Francisco de Quito y el Instituto Universitario de Formación demuestran que la integración de calidad y
afectividad puede traducirse en mejoras significativas en el rendimiento académico, la adaptación universitaria
y el bienestar emocional de los estudiantes. Por tanto, invertir en servicios estudiantiles que prioricen tanto la
calidad como la afectividad es fundamental para el éxito educativo y el desarrollo de ciudadanos íntegros y
capaces de contribuir positivamente a la sociedad.
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