Integración del Simulador Ludus en la Formación Técnica: Un Enfoque de Innovación Educativa desde la
Práctica.
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Vol.7 No.1, ISSN 1390-9789, junio, 2025
depende en gran medida de su integración didáctica y de la capacitación docente. No basta con "usar" el
simulador; es necesario saber para qué se usa, cómo se evalúa su impacto y cómo se convierte en parte
del proceso formativo integral.
De igual forma, los entornos simulados permiten un enfoque transversal de competencias. El simulador
Ludus, por su diseño colaborativo e interactivo, favorece el desarrollo de habilidades como el liderazgo, la
comunicación efectiva, la empatía, la toma de decisiones bajo presión y la ética profesional. Sin embargo,
estas dimensiones rara vez son incluidas en los sistemas de evaluación tradicionales, lo que limita la
capacidad institucional para reconocer y fomentar su desarrollo.
Evaluación Formativa y Competencias Transversales: Un Desafío Pendiente
Uno de los aportes más valiosos de la simulación es su capacidad para hacer visibles aspectos del
aprendizaje que suelen permanecer implícitos. La capacidad para liderar un equipo, comunicar con
claridad, adaptarse al cambio o actuar con responsabilidad no siempre se evalúa con pruebas
estandarizadas. Por ello, la simulación educativa requiere ser acompañada de evaluaciones formativas,
cualitativas y procesuales.
González y Duarte (2018) proponen instrumentos como rúbricas de desempeño, diarios de reflexión,
registros de observación participativa y entrevistas grupales para valorar estas competencias en la
educación técnica. Estas herramientas permiten no solo evaluar resultados, sino también acompañar el
proceso de aprendizaje, retroalimentar en tiempo real y promover una cultura de mejora continua.
Implementar este enfoque requiere un cambio de mentalidad institucional. La evaluación ya no es una
instancia terminal, sino una parte integral del aprendizaje. Así, el simulador Ludus puede convertirse en un
espacio privilegiado para ensayar nuevas formas de aprender, enseñar y evaluar, siempre que exista
voluntad política, formación docente y tiempo institucional para ello.
Producción Académica y Sistematización del Conocimiento
Un elemento crítico identificado en la implementación del simulador fue la ausencia de documentación
científica. No se produjeron artículos, informes de sistematización, estudios de caso ni análisis
comparativos que permitieran capitalizar la experiencia y compartirla con otras comunidades académicas.
Esta omisión es más que un detalle técnico; representa una debilidad estructural. Como destacan Lara y
Vélez (2021), toda innovación educativa debe ir acompañada de una estrategia de producción académica
que permita visibilizar sus resultados, aprender de sus errores y alimentar políticas educativas basadas en
evidencia. La sistematización no es solo una obligación institucional, sino una herramienta estratégica para
escalar, transferir y mejorar las prácticas.