DOI: https://doi.org/10.34070
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Vol. 12 No. 1, Revista de Investigación, Formación y Desarrollo:
Generando Productividad Institucional, abril, 2024.
LA CONSOLIDACIÓN DE LA IDENTIDAD NACIONAL. UNA TAREA
PEDAGÓGICA DE LA ESCUELA CUBANA.
University-company link in the training of professionals. Results and
experiences at the University of Oriente, Cuba.
Eduardo Alarcón Quintana, MSc.
Universidad de Oriente, Cuba.
https://orcid.org/0000-0002-8392-4975
eduardo.alarcon@uo.edu.cu
Blanca Cortón Romero, Dra. C.
Universidad de Oriente, Cuba.
https://orcid.org/0000-0002-0144-2228
blancacr@uo.edu.cu
RESUMEN
En el mundo actual, la consolidación de la identidad nacional debe ser una prioridad para los países.
La escuela y los maestros son esenciales para lograr este objetivo, ya que existe una conexión entre
la identidad nacional y la actividad educativa. La creación de formas de actuación profesional docente
enfocadas en estas metas es necesaria y tiene un significado especial en Cuba, ya que desde el ámbito
educativo se debe fomentar el sentimiento de pertenencia y patriotismo. Este artículo tiene como
objetivo examinar esta cuestión. Se requirió la implementación de un conjunto de técnicas, que incluían
análisis y síntesis, sistematización teórica, triangulación de fuentes y hermenéutica.
ABSTRACT
In today's world, the consolidation of national identity must be a priority for countries. The school and
teachers are essential to achieve this goal, since there is a connection between national identity and
educational activity. The creation of forms of professional teaching action focused on these goals is
necessary and has a special meaning in Cuba, since the feeling of belonging and patriotism must be
fostered from the educational field. This article aims to examine this question. The implementation of a
set of techniques was required, including analysis and synthesis, theoretical systematization,
triangulation of sources and hermeneutics.
Palabras claves: Identidad, identidad nacional, modos de actuación
profesional pedagógica.
Recibido: 24 de Enero de 2024
Keywords: Identity, national identity, ways of pedagogic professional
performance.
Aceptado: 15 de Abril de 2023
La consolidación de la identidad nacional. Una tarea pedagógica de la escuela cubana.
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Vol. 12 No. 1, ISSN 1390-9789, abril, 2024
INTRODUCCIÓN
El presente siglo XXI, distinguido por múltiples adelantos científicos y tecnológicos que facilitan una
rápida transferencia del conocimiento y promueven relaciones culturales que traspasan fronteras y
generan una multitud de productos, algunos de ellos pseudoculturales, que aspiran a homogeneizar
maneras de pensar, sentir y actuar del ser humano, ello explica la premura de reforzar la memoria
histórica así como la capacidad en el ser humano del auto-reconocimiento de los mitos, códigos,
símbolos y tradiciones que caracterizan y regulan sus relaciones como expresión de identidad nacional.
La identidad nacional no debe asociarse a lo inerte, pues forma una compleja estructura dialéctica que
está en constante actualización y renovación. De ahí el papel de la educación para fortalecer desde las
primeras edades el ser nacional, manifestado en el orgullo nacional y el sentido de pertenencia a la
cultura y al proyecto social, en este caso cubano.
La escuela, como institución social, posee la misión de potenciar los elementos distintivos que permiten
preservar, desarrollar y difundir lo autóctono, a través de generar el conocimiento de los elementos que
distinguen y tipifican a la nación. Al referirse a esta tarea, el profesor az (2007) expresaba “(…) todos
los elementos forman parte de la historia, de la cultura y de la identidad nacional y de cada territorio, la
institución encargada de divulgarlos, darlos a conocer es la escuela cubana” (p.6). Ello evidencia el
papel de la escuela y del docente para la preservación y consolidación de la identidad nacional.
En el proceso de consolidación de la identidad nacional desde un enfoque pedagógico debe
reconocerse el lugar de los modos de actuación profesional pedagógico, no solo desde el punto de
vista teórico, sino también práctico, en la actividad profesional pedagógica; analizar las relaciones y
retos que ello implica desde la experiencia cubana constituye el propósito principal de este artículo.
Para lo cual se necesitó de la aplicación de un sistema de métodos que incluyó: análisis y síntesis,
sistematización teórica, triangulación de fuentes y la hermenéutica.
DESARROLLO
Identidad e identidad nacional. Referentes teóricos.
La sociedad como colectividad organizada, que se identifica en el contexto de la diversidad, se
estructura a partir de su sistema económico, del que emana la superestructura sociopolítica y muy
vinculados a ella los códigos morales, las normas, costumbres, tradiciones, modos de pensar, sentir y
actuar, que como bienes materiales y culturales connotados y continuados a través del tiempo,
constituyen argumentos para mantener su identidad nacional.
Una aproximación teórica a la identidad nacional demanda en un primer momento analizar el término
identidad, el que etimológicamente se deriva del sustantivo latino identitas, identitatis, que a su vez se
deriva de ídem, que significa, “lo mismo” haciendo reseña al conjunto de rasgos propios e inherentes a
un sujeto, un objeto, un proceso socioeconómico o a un espacio geográfico, que avalan su unidad y
singularidad en el contexto de la diversidad, ello evidencia lo polisémico del término.
Los juicios y definiciones formuladas por diferentes autores como Arjona (1986), Rodríguez (1995),
Pogolotti (1995), Silva (2005), Despaigne (2012), demuestran la conjugación de productos naturales,
sociales, políticos y culturales en su tratamiento, desde dimensiones personales, familiares,
comunitarias, sociales territoriales, profesionales.
A pesar de estudiar a la identidad desde diferentes dimensiones, los autores manifiestan puntos
concordantes al analizarla no como una propiedad intrínseca del sujeto sino como un proceso complejo
que surge y se desarrolla en la interacción cotidiana y que designa la igualdad y, por consiguiente, la
diferencia que se manifiesta entre grupos humanos de igual naturaleza, coinciden también en reconocer
la necesidad de mecanismos de autoconciencia, identificación, lealtad y pertenencia en torno a una
congregación humana en los diferentes ámbitos de actuación.
En su dimensión territorial, la identidad nacional se encuentra asociada con el quehacer de un estado
nación, lo que implica la existencia de un espacio delimitado objetivamente, así como una población
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autodefinida y con conciencia de su existencia ante el conjunto de naciones. A propósito de su análisis
existen diferentes posiciones, por un lado, los que la identifican sólo como características objetivamente
compartidas (Díaz, 1984), el lenguaje, la religión, por aparte, los que absolutizan el elemento subjetivo
o sea el sentimiento de pertenencia (Salazar, 1998).
Una tercera posición es Montero (1984) citado por Hart (2001), que reconoce la combinación de ambas
posiciones no excluyentes ninguna de la otra. Esta última posición es compartida por los autores, pues
si bien los rasgos objetivos son determinantes, los conceptos, juicios, símbolos y normas que, sobre la
base de estos, elabora el ser humano completan la definición de sí mismo y su lugar en el mundo.
La identidad nacional ha sido estudiada por diversos investigadores cubanos, como Pupo (2005) quien
analiza desde una perspectiva filosófica la conformación de un pensamiento y un discurso
revolucionario. Por otro lado, Domínguez (2012) ha centrado su área de investigación desde un enfoque
sociológico, por lo que ha profundizado en el actuar de las distintas generaciones durante el último
medio siglo en la historia nacional.
Otros investigadores cubanos han tenido en común preocupaciones en torno a su manifestación
psicológica, así, describiendo y tratando de comprender los rasgos y raíces de la identidad nacional
entre ellos se encuentran Noriega y González (1992), De la Torre (2001). Desde el punto de vista
político ha sido analizado Castro (1961); Hart, (2001); Prieto (2001) y Díaz (2018).
Los autores anteriores, desde sus posiciones teóricas, concuerdan en identificarla como un proceso en
constante construcción, donde las prácticas históricas culturales constituyen el mecanismo mediante el
cual se va produciendo una búsqueda permanente en torno a lo autóctono, definiéndose así elementos
distintivos que posibilitan delimitar un sentido común y una imagen de sí; de igual manera, identifican
lo espacio temporal como el escenario en el que se concretan las múltiples interacciones en que
interviene el ser humano y que le permiten el reconocimiento como tal por los demás.
El filósofo, investigador y profesor universitario cubano Pupo (2005), al referirse a la identidad nacional,
plantea que esta:
(…) designa el sistema de rasgos comunes que definen un grupo social, comunidad o pueblo, devenido
determinación fundamental de su ser esencial y fuente auténtica de creación social. Es una unidad que,
fijando la comunidad, presupone la diversidad, la diferencia y sus vínculos recíprocos, como modo
dinámico de constante enriquecimiento y proyección hacia la universalidad” (p.29).
Lo anterior permite reconocer en la identidad nacional la necesidad de la existencia del ser humano y
la revelación de la misma en su conciencia, como vía para perpetuar en espacio y tiempo los rasgos,
actuaciones y caracteres que actúan como marco de referencia identitaria.
En este sentido, Smith (1997) señala: “a) las naciones son unidades de población demarcadas
territorialmente y que deben tener sus propias patrias; b) sus miembros comparten una cultura de
masas común y diversos mitos y recuerdos históricos, colectivos; c) sus miembros tienen derechos y
deberes legales recíprocos, regidos por un sistema legal común, y d) la nación tiene una división
colectiva del trabajo y un sistema de producción que permite a sus miembros la movilización por todo
el territorio “(p.12).
En esta misma dirección de pensamiento, De la Torre (2001) estima los siguientes elementos para el
surgimiento de la identidad nacional:
Característicasobjetivasquedistinganaunosgruposidentitariosdeotros.
Elaboraciones subjetivas acerca de las características comunes; sentimientos y
representaciones que están asociados a la pertenencia al grupo y que permiten a los miembros
autocategorizarse como tales.
Procesos discursivos que permiten no solo nombrar, sino identificar y expresar un sentido.
Espacios socio psicológicos y culturales de pertenencia (p. 204).
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Las ideas anteriores permiten considerar que la identidad nacional, a pesar de estar asociada al
concepto de nación, no es algo innato de estas y mucho menos resultado de la suma de estereotipos
particulares inherentes a los diversos escenarios que estructuran la nación, sino que se trata entonces
de un proceso socio psicológico determinado geográfica, económica, política, histórica y culturalmente
que distingue a algo más que al territorio donde se nace, incorporando también elementos propios
referentes a la idiosincrasia, el imaginario social y el destino común de los hombres que lo comparten
como son las tradiciones, los símbolos, las costumbres, intereses y aspiraciones.
Al referirse a los componentes estructurantes de la identidad nacional, Rodríguez (2012) asume a la
historia, por ser el elemento que permite conocer el pasado, comprender el presente y proyectar el
futuro, los símbolos patrios como aquellos elementos que encarnan el sentir de la nación; el territorio
como espacio geográficamente determinado para el bienestar y sobrevivencia de una población; la
música y la danza como elementos que representan las costumbres y tradiciones de cada lugar; el
idioma como medio de comunicación en la nación y la gastronomía como expresión de un arte
manifestada en platos y licores típicos.
Si bien se reconoce la valía de los elementos enunciados por este investigador, se considera que los
mismos de la manera en que son expuestos expresan una posición reduccionista al considerar a la
identidad nacional como una entidad acabada, un todo ya constituido, no reconociéndose el carácter
procesal que en un mismo crisol se da en la construcción de la identidad. Se considera que su formación
en Cuba es resultado del proceso de génesis de la nacionalidad cubana y de la integración de aspectos
socioculturales, étnicos, lingüísticos, económicos y territoriales. Se considera oportuno modificar lo
referido a los símbolos patrios por memoria histórica de la nación, el de la música y danza por
expresiones artísticas y literarias.
Otros elementos que se consideran estructurantes son el imaginario social, resultado de tradiciones,
mitos, prácticas y creencias colectivas, de igual manera la legalidad nacional, pues establece derechos
y deberes iguales para todos los miembros, la economía, que determina el tipo de propiedad y
distribución en torno a los medios de producción y no por último menos importante, lo constituye la
conciencia individual y colectiva que es resultado de un pensamiento común en torno a la historia y la
política.
Coincidiendo con el profesor Pupo (2005), se asumen dos niveles de aprehensión de la identidad
nacional, uno de ellos correspondiente a la inmediatez, que se expresa a través de expresiones de la
vida cotidiana que encarnan tradiciones, costumbres, vivencias, percepción del entorno natural y social,
así como las contradicciones que actúan de manera concreta en la sociedad y el otro vinculado al
proceso de aprehensión de la identidad, o lo que es igual, la conciencia nacional o sistema teórico que
refleja dicha realidad histórica.
En un mundo cada vez más cambiante y contradictorio, algunos estados podrían cuestionar la idea de
identidad nacional al considerar que se construye fuera de los marcos de la formación humana y la
socialización. Esto conduce inevitablemente error, ya que es en este contexto donde se concreta la
concreción del individuo como un intersujeto en la conformación del "yo" visto en sus dimensiones
objetivas y subjetivas.
Desde un enfoque pedagógico, investigadores extranjeros han incursionado en la temática, tal es el
caso Verde (2020), que analizó la influencia de la identidad nacional en la autorrealización de los
estudiantes de educación primaria y sus problemas de aprendizaje de la facultad de educación de la
Universidad nacional. José Faustino Sánchez Carrión de huacho así como Ferri (2015) quien desarrolló
una Evaluación de programas de educación patrimonial en la Comunidad de Madrid para la
construcción de la identidad nacional.
De igual manera, investigadores nacionales han trabajado la temática en el ámbito educativo, entre
ellos se encuentran como: Arjona (1986), quien presenta una metodología para el empleo del
patrimonio cultural en la conformación de la identidad nacional; del mismo modo, Montiel (1995)
propone una metodología para el tratamiento de la historia, la lengua y la música en la educación como
elementos distintivos que sirven para perfilar y potenciar la presencia cubana en el mundo. Por su parte,
González (2013) aporta una estrategia didáctica dirigida a la formación de la identidad cultural en los
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estudiantes de Secundaria Básica, analizando la identidad cultural desde su relación con la identidad
nacional.
Como se evidencia investigadores foráneos y nacionales han tenido en común preocupaciones
relacionadas con la construcción o interpretación de la identidad nacional en el contexto escolar lo que
permite reconocer en la escuela y especialmente en la actividad del docente mecanismos claves para
afianzar en el individuo su sentido de pertenencia y devoción hacia un determinado grupo humano, a
través del tratamiento a los símbolos patrios, el rescate de la historia y la memoria histórica, desde su
relación con procesos de autorrealización del estudiante, sin embargo hay que reconocer que no se
enfatiza en este objetivo desde un enfoque profesional pedagógico asociado a la formación de los
modos de actuación del docente que permitan a este influir conscientemente en la consolidación de la
identidad nacional.
Identidad nacional y la escuela cubana.
La identidad nacional es una construcción en la que el consenso aparece como afinidad hacia lo interno
y singularidad hacia lo externo, lo que permite asumir que en ella se expresan elementos de analogía
y divergencia que emergen de la necesidad de afianzar lo autóctono y encontrar en ello un referente
de identificación a partir de lo singular, ello destaca el papel de la escuela en connotar desde el
desarrollo de los procesos educacionales aquellos elementos que como componentes de la identidad
nacional garantizan la unidad nacional hacia lo interno y lo distintivo en lo exterior en esta dirección se
asume, por los autores, como consolidación de la identidad nacional en los procesos formativos
escolarizados.
Al proceso y resultado dialéctico de apropiación estable de modos de ser pensar y sentir, expresado
en, convicciones principios y sentimientos hacia lo autóctono expresión de la relación entre lo general,
lo particular y lo singular y entre la multiplicidad de identidades que caracterizan al ser humano en su
constante construcción y vínculo con el fin de la educación
La consolidación de la identidad nacional en el contexto escolar en Cuba se sustenta en las siguientes
premisas:
La intencionalidad del país de consolidar la identidad nacional está expresada en las Tesis y
Resoluciones del 8vo Congreso del Partido, así como en los Lineamientos de la Política Económica
y Social del Estado y el Gobierno.
La proyección estatal referente a la intencionalidad de alcanzar adecuados modos de actuación
expresada en el modelo del profesional de los estudiantes de carreras pedagógicas.
Los objetivos del Ministerio de Educación referentes a la educación en valores se manifiestan en
la necesidad de alcanzar en los estudiantes una conciencia y orgullo de ser cubano, patriota,
revolucionario y defensor de las conquistas del socialismo, a partir del conocimiento de los
símbolos y atributos patrios, la historia nacional, el estudio de la vida, pensamiento y obra de los
próceres, héroes de la patria y de la cultura nacional (fin ético político - cultural).
Desde esta mirada y coincidiendo con De la Torre (2001) la identidad nacional en su carácter
multidimensional necesita ser pensada, conformada y reconocida en el día a día de la institución
escolar, a partir de la integración en el proceso pedagógico de variadas acciones formativas que en su
totalidad permiten consolidar el sistema de rasgos comunes que definen a un pueblo y le permiten ser
lo otro sin dejar ser, de ahí el papel de la escuela y especialmente del docente, por lo que se consideran
las siguientes tesis de partida:
La tradición del magisterio está estrechamente vinculada al proceso de construcción y consolidación
de la identidad nacional cubana.
El docente y la escuela desempeñan un papel fundamental en el proceso de consolidación y defensa
de la identidad nacional.
La identidad nacional deviene en un proceso socio psicológico que tributa al desarrollo de proyectos
de vida en los estudiantes como expresión de la continuidad histórica.
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La identidad nacional como síntesis de múltiples determinaciones expresa una unidad histórico
cultural cuya plataforma constituye lo histórico en el proceso de producción y reproducción del hombre
y que posee a la cultura como núcleo integrador, de ahí que su consolidación desde la actividad
pedagógica se caracterice por:
Unidad indisoluble entre los aspectos educativos e instructivos de las actividades académicas,
laborales e investigativas que la estructuran, de ahí su carácter formativo.
Conjugación de los intereses personales con los de la nación a fin de propiciar una participación
protagónica, comprometida, crítica y constructiva en tareas socioeducativas y de impacto social.
La contextualización en su realización de manera que se exprese el vínculo con la vida y la
comunidad para el desarrollo del pensamiento y la conformación de valores, normas, sentimientos
y actitudes.
En el escenario de la multiplicidad de identidades y ante enajenantes procesos de desculturación, que
invitan a la reproducción y al consumo de productos prefabricados y a la uniformidad cultural, es más
difícil promover lo auténtico que lo trivial. Por ello, todo el esfuerzo que se haga para que los recuerdos
se perpetúen en el tiempo, para que el pasado se vuelva futuro, debe encontrar desde el punto de vista
educacional en los modos de actuación profesional tendentes a la consolidación de la identidad
nacional un soporte pedagógico.
Se asumen por los autores como modos de actuación profesional pedagógica tendentes a la
consolidación de la identidad nacional al sistema de acciones, prácticas, comportamientos y discurso
profesional pedagógico internalizado en la que se integran conocimientos, habilidades y valores
profesionales que conforman la imagen y una manera peculiar de ser docente como expresión de
identidad profesional pedagógica y que le permiten al docente desempeñarse adecuadamente en los
diferentes escenarios educativos y contribuir a la consolidación de la identidad nacional empleando las
potencialidades del proceso pedagógico.
El sistema educacional tiene el inmenso reto de transmitir desde los modos de actuación profesional
pedagógica tendentes a la consolidación de la identidad nacional lo más valioso de las tradiciones,
símbolos y creaciones culturales de la nación, de ahí que estos se concreten en:
Mostar con su ejemplo y actuación dentro y fuera del contexto de la escuela su identificación plena
con la profesión expresada en su profesionalidad pedagógica.
Apropiación del ser nacional, expresada en el sentido de pertenencia y el orgullo nacional, uso
adecuado de la lengua materna, el respeto a los símbolos nacionales y la defensa de la soberanía
nacional, la integridad territorial, la cultura y el proyecto social cubano.
La dirección del proceso pedagógico en general y de enseñanza-aprendizaje en particular,
aprovechando sus potencialidades para desarrollar en los estudiantes el amor y defensa de la patria,
el respeto a sus símbolos, el conocimiento y apreciación de su cultura y lenguaje.
Estimular a través de la labor educativa la participación social de los estudiantes con énfasis en las
organizaciones estudiantiles y comunitarias.
Promover la cultura nacional desde las potencialidades, vías y métodos del proceso pedagógico.
Profundizar a través de la investigación científica en el conocimiento de la cultura y la historia
nacional, enfatizando en la historia de la educación, la pedagogía y el magisterio cubano y en el
correspondiente tratamiento a las fechas históricas.
Profundizar a través de la investigación científica en el conocimiento y divulgación de la cultura y la
historia local como parte del patrimonio nacional.
Acompañar a los estudiantes en el proceso de construcción y/o reafirmación de lo personal, colectivo
y lo social para la construcción de la identidad.
Solucionar a través de la innovación pedagógica las nuevas contradicciones y problemas
profesionales que se presenten en los escenarios educativos durante su desempeño, dando
respuesta en correspondencia con las potencialidades y peculiaridades del contexto.
La sociedad cubana exige y espera mucho de la escuela, en particular del docente para la consolidación
de la identidad nacional en tal sentido la formación de los modos de actuación profesional pedagógicos
como vía para la concientización deben, en su dinámica contextual, espacial y temporal, expresarlos
rasgos e intereses comunes de la nación, el sentimiento de amor por la patria y sus próceres, el
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significado de ese conglomerado de símbolos y atributos nacionales, la tenacidad y capacidad de
resistencia del pueblo, las creencias, los mitos, maneras de pensar y actuar del cubano en sus múltiples
condiciones de estar, así como las vías para desde la actividad pedagógica contribuir a la consolidación
de la identidad nacional.
Lo anteriormente señalado posibilita asumir el postulado de Díaz (2007) cuando expresa “Somos
identidad, entre otras cosas, porque somos memoria (…) un educador es un especial ser humano
forjador del mejoramiento humano, es un patriota formador de patriotas (…)” (p 3).
Ser consecuentes con estas ideas exige ver en la identidad nacional no una abstracción, sino una
manifestación concreta y palpable que implica no sólo el reconocimiento a algo que existe, sino cómo
se aprecia y se asume ese sentimiento de pertenencia que moviliza e intencional los valores identitarios
del individuo para su autodefinición y defensa de lo singular, de lo autóctono.
Los elementos históricos de la nación indican un fuerte fundamento axiológico en su surgimiento y
consolidación, fraguados alrededor del proceso de la identidad nacional y su autoafirmación a lo largo
de la historia patria desde los palenques de cimarrones hasta nuestros días. Por consiguiente, la
educación en valores constituye el eje estructurador de todo el proceso, el que a su vez se sustenta en
los siguientes principios del proceso pedagógico enunciados por Addine (2002), ya que devienen en
tesis fundamentales que rigen la acción formativa y determinan la fundamentación pedagógica esencial
en el proceso de educación de la personalidad:
Principio de la vinculación de la educación con la vida, el medio social y el trabajo en el proceso de
educación de la personalidad. Verifica en el proceso de enseñanza la proyección social del
contenido desde la atención a los aspectos contextuales a fin de que fomenten una orientación
humanística de los conocimientos.
Principio de la unidad de lo instructivo, lo educativo y lo desarrollador, en el proceso de educación
de la personalidad. Presupone la integración de estos elementos para la transformación cualitativa
hacia la consolidación de la identidad nacional en los estudiantes en el complejo sistema de las
relaciones sociales.
Principio de la unidad de lo afectivo y lo cognitivo, en el proceso de educación de la personalidad.
Evidencia la necesaria relación que se da entre lo biológico y lo social como premisas para el
aprendizaje pues la mejora ha de tener su base en las aspiraciones, motivos e intereses de manera
que el desarrollo de las capacidades transformadoras humanas acontezca desde una
intencionalidad en la apropiación del conocimiento y de las habilidades vinculadas a dicho
conocimiento.
CONCLUSIONES
La consolidación de la identidad nacional constituye un proceso que en su carácter histórico ha estado
acompañado por la intelectualidad y el magisterio cubano. La consolidación de la identidad nacional
irrumpe como un problema pedagógico, pues no es un ideal a priori, sino que es conocimiento
socialmente adquirido, transmitido y compartido. Los modos de actuación profesional pedagógica
tendentes a la consolidación de la identidad nacional deben generar en los estudiantes la capacidad
para corresponder a lo distintivo, para no anhelar ser otros en detrimento de los elementos más
autóctonos.
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