La competitividad como fundamento estratégico para el desarrollo económico de Venezuela.
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Vol. 12 No. 1, ISSN 1390-9789, abril, 2024
1989). Desde estas perspectivas, Santiago Garnica (2019), considera que la evolución económica de
Venezuela a partir de 1958-1988, se puede representar por el modelo de Estado Bienestar, el cual:
“Amparado de los ingresos petroleros y caracterizado por el intervencionismo. El Estado se
convierte en el principal agente promotor del desarrollo nacional, pues: le corresponde la mayor
responsabilidad en la buena inversión de los ingresos del petróleo. Al convertirse en el receptor,
administrador y garante de la renta petrolera, enmarcado en un modelo de crecimiento ‘hacia
adentro’ que fomentaba la industria nacional y la disminución de las importaciones” (p.3).
Por tanto, dicho modelo tuvo como propósito sustituir las importaciones, y con ello impulsar el
crecimiento económico para generar efectos multiplicadores en el empleo, ingresos y de esta forma
fortalecer la economía interna, y considerar las exportaciones como complemento de la economía
nacional. Desde otra óptica, a partir de 1989, se establece el modelo neoliberal de la economía
venezolana, con políticas de austeridad, con liberación de las importaciones, eliminación de los
controles de precios, privatización de empresas no estratégicas en manos del Estado, aumento del
precio de la gasolina, congelación de salarios y reducción del gasto público, políticas de subsidios en
la canasta básica, etc. Conocido como el “gran viraje”, es importante destacar que la crisis del sistema
financiero y bancario con incidencias en la liquidación de entidades bancarias, con liberación del
régimen cambiario donde el mercado estableciera el valor de la divisa y compromiso presupuestario
para cancelar el servicio de la deuda, que para Santiago (2019):
“El modelo de Estado Neoliberal. (1989-1999) Fundamentado en la “reestructuración del
aparato productivo hacia actividades de exportación no petroleras, así como de redefinir el
papel del Estado en lo económico y establecer un mayor grado de apertura en la economía”
donde el libre mercado defina los intereses de la economía nacional, como la vía para superar
la dependencia petrolera. Así, se promueve un modelo de desarrollo ‘Hacia Afuera’, basado en
la apertura económica de los mercados nacionales, como alternativa para lograr el desarrollo
socioeconómico y, por otro lado, debilitar el poder del Estado-Nación ante el predominio de las
leyes del mercado” (p.4).
Se evidencia en este modelo, la apertura hacia el mercado externo, la diversificación de los sectores
productivos, la incorporación de esquemas de seguridad jurídica que propicien inversión e
incorporación de tecnología y fundamentalmente la función del Estado como regulador y controlador
de la economía, especialmente de la riqueza petrolera; y a pesar de ello se registraron altos niveles de
deuda externa, motivo por lo cual se acudió a organismos internacionales para el refinanciamiento de
los compromisos asumidos por el Estado venezolano; además, la implosión y descontento social que
socavaban las bases de la democracia como sistema de gobierno.
El dinamismo político y social venezolano, producto de las insatisfacciones de los ciudadanos, dio un
giro con la llegada al poder de Hugo Chávez, con marcadas promesas de cambios y de
transformaciones económicas y sociales para hacer frente a las diversas y con ello nace el modelo de
transición al Estado socialista (Santiago, 2019):
“Sostiene que el modelo de Estado Democrático y Social, de Derecho y de Justicia (2000-2023)
descentralizado, donde se incrementan los mecanismos de participación y protagonismo social,
también denominado Modelo del ‘Socialismo del Siglo XXI’, se mostró como la vía para el logro
del mayor estado de bienestar, siguiendo el ideal Bolivariano. Este modelo marca un viraje
hacia un Estado Socialista, con una planificación centralizada, mediante el cual se trata de
superar los vicios del capitalismo para sustituirlos por los valores éticos del socialismo, donde
“la solidaridad humana, la realización colectiva de la individualidad y la satisfacción racional de
las necesidades fundamentales… se abre paso hacia el corazón de nuestra sociedad”. La
aplicación de este modelo productivo coincidió con la mayor bonanza petrolera de la historia
nacional” (p.5).
La visión del gobierno entrante era dar paso al modelo neoliberal, y para eso, promovió cambios en la
estructura legal que le permitía el dar un giro radical a la economía venezolana, considerando la
participación de los ciudadanos en la toma de decisiones, es decir, incorpora al populismo como una
estrategia de gobierno y, a pesar de ser la etapa donde los precios del petróleo llegan a alcanzar los
niveles más altos de la historia del país. Internamente, el sector productivo se deteriora en su