Educación para la paz: estado del arte de cultura de paz, discusión de las teorías y producción científica.
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Vol. 12 No. 1, Revista de Investigación, Formación y Desarrollo:
Generando Productividad Institucional, abril, 2024.
Los conflictos se asumen como un problema de autoridad. Si hay un acto de indisciplina en el aula, es
culpa del docente y, si es fuera, culpa del inspector. Se debe presentar un informe de disciplina donde
se señala la falta cometida para establecer si habrá una sanción. Los conflictos se manejan desde un
enfoque negativo, lo que bloquea el desarrollo de una cultura de paz en el interior de las instituciones
educativas (Villalba, 2016).
Desde los inicios de la civilización se necesitó la cooperación y disímiles procedimientos de Resolución
de Conflictos para evitar que la violencia fuera la constante en las relaciones entre los individuos. Para
encontrar las raíces históricas de la resolución de conflictos nos debemos remontar a la China de los
siglos IV y V a.C. de mano de dos grandes pensadores chinos cuyas obras filosóficas y místicas son
muy veneradas hasta hoy: Kung-Fu-Tsu o Confucio y Lao-Tse.
Los primeros esfuerzos en la búsqueda de una resolución pacífica de los conflictos vienen de la mano
de hombres que proponen la armonía, la no violencia, la espiritualidad, el cultivo de virtudes, en lo que
se conoce como Filosofía oriental (Lagos, 2018).
Si sumamos a Siddhartha Gautama, conocido como Buda, a este grupo de pensadores orientales,
completaremos la esencia de la búsqueda de la paz y la armonía por parte de las antiguas culturas
orientales. Varios autores señalan a Confucio como el pionero en la resolución de conflictos a través
de la mediación y la conciliación en la antigua China. Esa tradición cultural, impregnada de las
enseñanzas de Confucio, hizo de la armonía natural la virtud que debía guiar las relaciones humanas.
Este pensador chino desarrolló un sistema de principios éticos y reglas de conducta basadas en el
respeto mutuo entre semejantes y hacia el prójimo. Para él, el concepto de armonía contiene, en sí
mismo, el conflicto y su resolución. (Montserrat, 2009, p. 43). Es así como durante siglos, la resolución
pacífica de conflictos ha sido parte de la tradición cultural china.
En occidente, la teología moral cristiana ha dejado una huella indeleble en la Cultura de paz. Jesucristo
se convierte en una figura reconciliadora y mediadora que propugna la paz y el amor fraternal al prójimo.
Para Ruíz (2014), “La escatología cristiana, y también judaica, se basa en el Reinado Mesiánico, que
es un reinado de paz. Tanto el profeta Isaías como Miqueas, vaticinan la era mesiánica, como una era
pacífica” (p. 20). Y es así que el Mesías, tanto el que vendrá para los judíos, como el segundo regreso
de Jesucristo para los cristianos, tendrá como misión el establecer un reinado de paz en todo el mundo.
En cuanto al surgimiento de los términos que son objetos de estudio en el presente trabajo, para
Giesecke (1999) los términos Cultura de paz y Educación para la paz son usados por primera vez en
Perú en la década de 1980, en el contexto de la cruenta guerra que enfrentaba a Sendero Luminoso
con el Estado peruano y que tenía en medio a una población civil. El sacerdote Felipe MacGregor, de
la orden religiosa católica Compañía de Jesús, más conocida como jesuitas, es quien, como presidente
de la Asociación peruana de Estudios para la Paz, promueve este concepto de cultura de paz en un
país desgarrado por la guerra. El padre MacGregor, que también fue Rector de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, consideraba que la Educación para la paz debía convertirse en un gran proyecto
nacional donde los agentes educativos de la educación formal y no formal debían ser protagonistas de
un cambio hacia la no violencia.
Es así que Cultura de paz se suma al diseño curricular de las instituciones educativas peruanas
(Giesecke, 1999). Fruto de este esfuerzo entre la Compañía de Jesús, el Ministerio de Educación del
Perú y la Unesco-Perú, nace, en 1986, el libro Cultura de Paz “considerado por Naciones Unidas como
la primera obra mayor sobre el tema, y en ella se da una de las definiciones iniciales y más completas
de cultura de paz” (Giesecke, 1999, p. 2).
Para el presente trabajo se ha considerado el concepto clave: Cultura de paz, conflicto, mediación.
Cultura de paz: Para Cabello (2012), la cultura de paz es una cultura que incluye estilos de vida,
patrones de creencia, valores y comportamiento que favorezcan la construcción de la paz y acompañe
los cambios institucionales que promuevan el bienestar, la igualdad, la administración equitativa de
recursos, la seguridad para los individuos, las familias, la identidad de los grupos o de las naciones, sin
necesidad de recurrir a la violencia (p.122).