Obesidad y factores de riesgo en las infecciones por apendicectomía en el un hospital público básico de la
ciudad de Salinas, Ecuador, 2023.
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Vol. 12 No. 1, ISSN 1390-9789, abril, 2024
de desarrollar esta enfermedad es del 8%, siendo el 5% de los casos de apendicitis aguda cuadros no
complicados, a diferencia del 30% de los casos de apendicitis complicada (Hernández, 2019). Esta
patología puede tener una amplia gama de presentaciones clínicas y es muy común, lo que puede
hacer que el médico tratante actúe de manera inadecuada. Los signos y síntomas se descubren durante
la realización de la historia clínica, siendo el síntoma principal el dolor en el bajo vientre (Sabando y
Pinto, 2018). Esto hace que el diagnóstico sea eminentemente clínico.
Por otra parte, se entiende por infección, la proliferación suficiente de bacterias en el tejido, que tiene
la posibilidad de desarrollar la capacidad esencial de inducir como respuesta a fenómenos inflamatorios
locales. La infección de la herida quirúrgica (IHQ) constituye una de las causas más comunes de
infecciones de tipo nosocomial y se describen como aquellas que ocurren en o alrededor del sitio de la
herida quirúrgica durante los primeros 30 días después de la cirugía (Bravo et al., 2021). Se estima que
las complicaciones por IHQ, es la segunda infección nosocomial más común, después de las
Infecciones del Tracto Urinario, y representan del 20 al 25 % de las infecciones que ocurren en entornos
de atención médica. En España, las IHQ correspondieron al 21,6% en el año 2016. En EE. UU, se
producen anualmente 500.000 infecciones postoperatorias, con una proporción aproximada de 3 por
cada 100 cirugías. En Cuba, las cifras en los parámetros reconocidos internacionalmente se dan en un
11,6% (Yunga, 2018).
En América Latina, se estima que 234 millones de cirugías se realizan al año, de las cuales,
aproximadamente 7 millones desarrollan algún tipo de complicación postoperatoria, donde las
infecciones representan un 3%, se asocian a una alta morbilidad y costos hospitalarios por estancias
hospitalarias prolongadas, así como la necesidad de utilizar medicamentos e insumos costosos, como
los antibióticos de última generación y amplio espectro. Es por esto que constituyen un grave problema
de salud (Caiza y Shilquigua, 2021).
En Ecuador, en un estudio realizado en Tena, se encontró que una de las complicaciones más
frecuentes fue la infección de la herida quirúrgica, con una muestra de 260 participantes, el 53% de los
afectados poseían edades entre 18 a 35 años de edad (Caiza y Shilquigua, 2021); mientras que, en un
estudio realizado en Cuenca, según la recopilación de información de 155 pacientes que se realizaron
apendicectomía convencional, se comprobó que en el 94.1% de los casos el sitio de complicación fue
la herida quirúrgica (Ávila, 2018).
Los factores de riesgo que desencadenan IHQ son los llamados factores de riesgo endógenos, que se
manifiestan de forma exterior en el paciente y van a influir según el área en el que se encuentre el
individuo, ya sea fuera o dentro del hospital, tipo de cirugía, depilación preoperatoria, el cuidado
adecuado de la herida quirúrgica. Existen factores exógenos que son específicos del paciente, como la
edad, sexo, condiciones médicas preexistentes, obesidad, desnutrición, los cuales suelen estar
presentes antes de la intervención quirúrgica y que afectan de forma común a la cicatrización de la
herida, lo que favorece la incidencia de infecciones (Ministerio de Salud Pública, 2020). En algunos
estudios, la obesidad se muestra como un componente de riesgo bastante fundamental en la IHQ, y
este riesgo se incrementa en el caso de la obesidad mórbida y, generalmente, se debe a la necesidad
de grandes incisiones, la escasa vascularización del tejido subcutáneo y a la alteración de la acción
antibiótica debido a la presencia de mayor tejido adiposo (Rodríguez et al., 2020). Por otro lado,
investigadores como Agudelo y Correa (2020) reportan varios factores que influyen en el desarrollo de
una infección del sitio operatorio (ISO) a través de una variedad de mecanismos, entre las cuales están
la obesidad, la edad, la diabetes mellitus, el alcoholismo, la anemia, las enfermedades del hígado y los
riñones, las neoplasias, entre otros; constituyendo determinantes estrechamente ligados al desarrollo
de infecciones nosocomiales en el sitio de incisión postoperatoria del paciente.
Entre las complicaciones posquirúrgicas, según la localización, se encuentran las complicaciones en la
herida. Actualmente, se cree que la infección del sitio quirúrgico es una complicación grave y frecuente
de la apendicitis aguda. Estos suelen ocurrir, especialmente, si el apéndice ha alcanzado una etapa
necrótica o gangrenosa antes de la apendicectomía (Delgado, 2020). La infección que sigue a la cirugía
generalmente comienza a manifestarse el primer día; los síntomas principales incluyen dolor localizado,
hipersensibilidad alrededor del sitio quirúrgico, hinchazón, calor y enrojecimiento alrededor de la herida
quirúrgica. Además, cuando la persona lesionada es ligeramente presionada, se puede ver una
descarga de secreción y también pueden presentarse "picos" de fiebre y leucocitosis.