Ronald Alexis Reyes Arciniegas, Lcdo.
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Vol. 13 No. 1, ISSN 1390-9789, abril, 2025
formas de aprender, sino también nuevas formas de actuar en el mundo laboral. No obstante, la escasa
adopción de estas metodologías en el país revela un área prioritaria de intervención.
Otro factor crítico identificado es la limitada actualización curricular y la ausencia de una política sistemática
de formación continua para el cuerpo docente en habilidades digitales. Resulta indispensable establecer
mecanismos que aseguren la incorporación periódica de avances tecnológicos en los planes de estudio,
acompañados de procesos de capacitación docente alineados con estas transformaciones. Aunque a nivel
normativo se reconocen, a través de la Ley Orgánica de Educación Superior y la Agenda Digital Ecuador
2022–2025, la importancia de una educación orientada a la transformación digital, persiste una
ambigüedad regulatoria que impide su implementación efectiva, especialmente en el ámbito de la
formación DUAL (Ministerio de Educación, 2021).
Finalmente, la revisión de modelos internacionales exitosos, como los de Alemania y Singapur, evidencia
que una colaboración estrecha entre el sector productivo y el sistema educativo es clave para mantener la
pertinencia de los programas de formación. En estos países, las empresas participan activamente en el
diseño, implementación y evaluación de los currículos, lo que garantiza su actualización constante y su
alineación con las dinámicas del mercado laboral. Ecuador podría tomar estas experiencias como
referencia para impulsar una reforma estructural que cierre la brecha entre oferta formativa y demanda
profesional en un entorno marcado por el avance de las tecnologías emergentes.
CONCLUSIONES
Los hallazgos de este estudio revelan una desconexión estructural entre la formación DUAL en Ecuador y
las exigencias del mercado laboral contemporáneo, particularmente en el contexto de la acelerada
transformación digital impulsada por la inteligencia artificial (IA). A pesar de los avances normativos y del
incremento en la cobertura de esta modalidad educativa, persiste una brecha significativa en la inclusión
de contenidos formativos relacionados con la IA, el pensamiento computacional y las competencias
digitales transversales.
Esta investigación permitió evidenciar que el 80 % de los programas analizados carecen de asignaturas
específicas o integradoras sobre tecnologías emergentes, y que las metodologías empleadas continúan
siendo predominantemente tradicionales, limitando el desarrollo de habilidades adaptativas y el
pensamiento crítico. Además, se identificó una limitada articulación entre el sector educativo y el
productivo, así como la ausencia de mecanismos de actualización docente y curricular que respondan a
las transformaciones del entorno laboral.
La revisión documental comparativa sugiere que modelos exitosos, como los de Alemania y Singapur,
sustentan su eficacia en la integración sistemática de la industria en el diseño curricular, la formación
continua del profesorado y la incorporación activa de tecnologías disruptivas desde etapas tempranas de
formación.
En este sentido, se reafirma que una reforma profunda del sistema de formación DUAL en Ecuador
requiere no solo la introducción de asignaturas sobre IA y tecnologías digitales, sino una reconfiguración
pedagógica centrada en metodologías activas, entornos de aprendizaje colaborativo y sistemas de
evaluación por competencias. Asimismo, urge una política pública integral que articule esfuerzos entre el
Estado, las instituciones de educación superior y el sector productivo, con incentivos concretos para
fomentar la cooperación intersectorial y garantizar la pertinencia de la formación técnica.
Integrar la IA en la formación profesional no debe entenderse como una meta aislada, sino como una vía
para repensar los fines de la educación en el siglo XXI: formar sujetos críticos, creativos y resilientes,
capaces de interactuar con tecnologías avanzadas de manera ética y transformadora. Las contribuciones
de Vera (2023), Acuña (2021), entre otros, coinciden en la necesidad de que la educación evolucione hacia
un modelo más dinámico, inclusivo e innovador.
Por tanto, la implementación de estas recomendaciones no solo contribuiría a cerrar brechas formativas y
reducir la obsolescencia educativa, sino que consolidaría un sistema más resiliente, equitativo y alineado
con los desafíos de la cuarta revolución industrial. Se invita a los actores educativos y políticos a
transformar el actual modelo desde una mirada prospectiva, colaborativa y sostenible, que prepare a las
nuevas generaciones para los escenarios del futuro laboral y social.