Fundamentos teóricos para el estudio y caracterización de  
emprendimientos: reflexiones desde la innovación y la complejidad  
social  
Theoretical foundations for the study and characterization of  
entrepreneurship: reflections from innovation and social complexity  
Edison Esteban Yumbla Castro, MSc  
Universidad Andina Simón Bolívar, Bolivia  
Palabras claves: Emprendimiento; complejidad social; motivación  
Recibido: 11 de septiembre de 2025  
Keywords: Entrepreneurship; social complexity; motivation.  
Aceptado: 14 de octubre de 2025  
RESUMEN  
El emprendimiento constituye un fenómeno clave para el desarrollo económico y social cuya  
comprensión exige integrar la teoría de la innovación con una mirada de complejidad social. Este artículo  
examina los fundamentos teóricos del emprendimiento y reflexiona sobre su pertinencia para caracterizar  
los emprendimientos en una ciudad de referencia: Guayaquil, Ecuador; articulando la perspectiva  
schumpeteriana (innovación/“destrucción creativa”) con un enfoque interdisciplinario de complejidad.  
Metodológicamente, se realizó una revisión documental cualitativa y reflexiva mediante búsqueda  
sistemática en Scopus, Redalyc, Dialnet, Google Scholar y repositorios universitarios ecuatorianos  
(20202025). Se incluyeron aportes teóricos clásicos y contemporáneos (innovación, motivaciones,  
intención emprendedora, institucionalidad) y estudios empíricos sobre Ecuador/Guayaquil, como  
referencia en América latina; se excluyeron documentos sin arbitraje o sin pertinencia temática. El  
abordaje se efectuó en dos fases (título/resumen y texto completo); posteriormente se extrajo  
información sobre contexto, enfoque teórico, variables clave y hallazgos, mediante el análisis de  
contenido. Se combinó síntesis comparativa, triangulando cuatro categorías: potencial de innovación,  
complejidad, motivaciones e instituciones, y evaluando coherencia y vigencia de las evidencias. Los  
resultados muestran el predominio de emprendimientos de subsistencia e informalidad en ciudades de  
América latinafrecuentemente liderados por mujeresy una brecha con la innovación disruptiva;  
además, se identifican fallas institucionales (financiamiento, regulación, capacitación) y la confluencia de  
factores psicológicos y culturales en la decisión de emprender. Se concluye que una lectura híbrida  
(innovación + complejidad) permite caracterizar mejor el ecosistema guayaquileño y orientar políticas  
públicas contextualizadas y programas formativos interdisciplinarios. Se sugieren líneas futuras  
comparativas por tipologías de emprendimiento.  
ABSTRACT  
Entrepreneurship is a key phenomenon for economic and social development, whose understanding  
requires the integration of innovation theory with a lens of social complexity. This article examines the  
theoretical foundations of entrepreneurship and reflects on their relevance for characterizing  
entrepreneurial ventures in a reference city: Guayaquil, Ecuador. It articulates the Schumpeterian  
perspective (innovation/"creative destruction") with an interdisciplinary complexity-based approach.  
Methodologically, a qualitative and reflective documentary review was conducted through a systematic  
search in Scopus, Redalyc, Dialnet, Google Scholar, and Ecuadorian university repositories (20202025).  
Both classical and contemporary theoretical contributions were included covering innovation,  
entrepreneurial motivation, intention, and institutional frameworks alongside empirical studies focused on  
Ecuador/Guayaquil as a reference point in Latin America. Non-peer-reviewed documents or those lacking  
thematic relevance were excluded. The review was carried out in two stages (title/abstract and full-text),  
followed by data extraction on context, theoretical approach, key variables, and findings through content  
analysis. A comparative synthesis was employed, triangulating four categories: innovation potential,  
complexity, motivations, and institutions, while assessing the coherence and current relevance of the  
evidence. Results reveal the predominance of subsistence entrepreneurship and informality in Latin  
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Edison Esteban Yumbla Castro, PhD.  
American cities often led by women and a gap with disruptive innovation. Institutional shortcomings were  
identified (in financing, regulation, and training), along with the convergence of psychological and cultural  
factors in the decision to undertake entrepreneurial activity. It is concluded that a hybrid perspective  
(innovation + complexity) enables a more accurate characterization of Guayaquil’s entrepreneurial  
ecosystem and provides guidance for context-sensitive public policies and interdisciplinary training  
programs. Future comparative lines of research by entrepreneurial typology are suggested.  
INTRODUCCIÓN  
El emprendimiento constituye uno de los ejes centrales en la dinámica de desarrollo económico y social  
contemporáneo. En tanto proceso de creación, innovación y generación de valor, ha sido  
conceptualizado desde múltiples perspectivas disciplinarias, las cuales lo reconocen no solo como un  
mecanismo de crecimiento económico, sino también como una estrategia de inclusión social, resiliencia  
comunitaria y transformación cultural. Schumpeter (1934) lo definió como un proceso de “destrucción  
creativa”, en el que los emprendedores, al introducir innovaciones, generan cambios en las estructuras  
productivas y abren nuevas oportunidades de desarrollo. Esta visión clásica ha sentado las bases de la  
comprensión del emprendimiento como motor de competitividad y progreso en distintos contextos.  
Sin embargo, el emprendimiento no puede comprenderse de manera aislada ni bajo un único paradigma  
explicativo. Solís y Castillo (2021) sostienen que se trata de un fenómeno complejo, multidimensional y  
en constante evolución, cuya interpretación requiere integrar enfoques económicos, psicológicos y  
sociológicos. En este sentido, las teorías contemporáneas han ampliado su alcance, destacando la  
necesidad de abordar al emprendedor no solo como un agente económico, sino como un actor inmerso  
en entramados sociales, institucionales y culturales. Parada, Aguillón y Zambrano (2023) refuerzan esta  
perspectiva al señalar que el emprendimiento debe analizarse desde el pensamiento complejo,  
entendido como un marco que articula la interacción entre factores internos y externos, individuales y  
colectivos, formales e informales.  
En la misma línea, Morales-Holguín (2024) plantea que la interdisciplinariedad y la complejidad  
constituyen pilares fundamentales para comprender el emprendimiento en el contexto de las  
transformaciones sociales y tecnológicas actuales. Desde esta perspectiva, el emprendedor deja de ser  
visto únicamente como un individuo que asume riesgos y busca oportunidades, para convertirse en un  
agente de cambio capaz de generar soluciones innovadoras frente a problemas sociales, económicos y  
culturales. Ello se articula con la visión de Pitre, Jiménez y Celedón (2024), quienes destacan que los  
ecosistemas emprendedores en América Latina se configuran como espacios versátiles donde  
interactúan actores, factores y procesos, dinamizando tanto el crecimiento local como la preservación de  
la identidad cultural.  
El caso ecuatoriano, y particularmente el de Guayaquil, ofrece un terreno fértil para contrastar estas  
perspectivas. Diversos estudios han evidenciado que el emprendimiento en esta ciudad se caracteriza  
por altos niveles de informalidad, fuerte presencia de emprendimientos por necesidad y resiliencia frente  
a limitaciones estructurales como el acceso al financiamiento, la precariedad laboral y la escasa  
articulación institucional (Hidalgo-Hidalgo, Orellana-Intriago y Bautista-Quijije, 2022). Esta realidad  
contrasta con las teorías clásicas de la innovación, ya que muchos de los emprendimientos  
guayaquileños responden más a estrategias de supervivencia que a procesos de disrupción tecnológica  
o productiva.  
Frente a ello, resulta necesario considerar también el papel de las instituciones y las políticas públicas.  
Canales (2023) subraya que en América Latina persisten “fallas institucionales” que limitan la actividad  
emprendedora, tales como la burocracia, la informalidad y la ausencia de marcos regulatorios eficaces.  
Estas limitaciones impactan de manera directa en contextos como el guayaquileño, donde las  
condiciones estructurales determinan en gran medida la viabilidad y sostenibilidad de los  
emprendimientos.  
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Fundamentos teóricos para el estudio y caracterización de emprendimientos: reflexiones desde la innovación y la  
complejidad social  
A partir de lo expuesto, el presente artículo tiene como objetivo examinar los fundamentos teóricos del  
emprendimiento y reflexionar sobre su pertinencia para la caracterización de los emprendimientos en  
Guayaquil, integrando la teoría schumpeteriana de la innovación y la perspectiva de la complejidad social  
como ejes centrales de análisis. Se busca, de esta manera, aportar una mirada crítica que vincule los  
postulados teóricos con la realidad empírica local, resaltando la importancia de repensar el  
emprendimiento como un fenómeno en el que convergen innovación, instituciones, cultura y resiliencia  
social.  
MATERIA Y MÉTODOS  
La investigación se enmarca en un diseño cualitativo de revisión documental, orientado a la reflexión  
teórica. Para ello se realizó una búsqueda sistemática en bases de datos académicas como Scopus,  
Redalyc, Dialnet y Google Scholar, así como en repositorios institucionales de universidades  
ecuatorianas. Los criterios de selección incluyeron: (a) estudios clásicos sobre teorías del  
emprendimiento (Schumpeter, McClelland, Krueger y Carsrud, Escuela Austriaca), (b) aportes  
contemporáneos sobre la pluralidad teórica y la complejidad (Solís y Castillo, 2021; Parada et al., 2023;  
Morales-Holguín, 2024), y (c) investigaciones empíricas aplicadas al contexto de Guayaquil y Ecuador  
(Hidalgo-Hidalgo et al., 2022; Canales, 2023; Pitre et al., 2024).  
El análisis consistió en la comparación y síntesis crítica de los hallazgos, con el fin de identificar  
convergencias, tensiones y vacíos en la literatura. Se optó por un enfoque reflexivo que articula la teoría  
de la innovación con la perspectiva de la complejidad social, para interpretar los retos y características  
del emprendimiento guayaquileño.  
RESULTADOS  
Fundamentos teóricos del emprendimiento  
Emprendimiento e innovación: la perspectiva schumpeteriana  
El análisis del emprendimiento encuentra uno de sus pilares conceptuales en los aportes de Schumpeter  
(1934), quien introdujo la noción de “destrucción creativa” para referirse al proceso mediante el cual las  
innovaciones desplazan a los modelos productivos previos, generando nuevas dinámicas económicas.  
Desde esta perspectiva, el emprendedor no se limita a fundar un negocio, sino que se convierte en un  
agente de transformación estructural que impulsa el progreso económico y social. En esta línea,  
Rodríguez (2021) sostiene que el emprendedor schumpeteriano se caracteriza por su capacidad para  
introducir combinaciones novedosas en los mercados, dinamizando la competencia e incentivando la  
creación de valor.  
Esta visión ha tenido gran impacto en América Latina, donde la innovación se ha planteado como un  
factor indispensable para el desarrollo y la competitividad regional. Sin embargo, estudios recientes han  
evidenciado que, aunque la narrativa de la innovación se ha incorporado en los discursos institucionales,  
la realidad del emprendimiento en países como Ecuador revela un predominio de iniciativas de  
subsistencia más que de disrupción tecnológica (Hidalgo-Hidalgo, Orellana-Intriago y Bautista-Quijije,  
2022). Esta divergencia entre teoría y práctica refleja la necesidad de contextualizar el modelo  
schumpeteriano a los entornos socioeconómicos latinoamericanos, donde la innovación no siempre  
constituye el motor central del emprendimiento.  
Emprendimiento y complejidad social  
Más allá de la perspectiva económica, el emprendimiento también puede ser comprendido como un  
fenómeno complejo, en el que confluyen factores sociales, culturales, institucionales y educativos. Según  
Parada, Aguillón y Zambrano (2023), el pensamiento complejo ofrece un marco idóneo para analizar la  
multiplicidad de elementos que inciden en la actividad emprendedora, desde las motivaciones  
individuales hasta las condiciones estructurales de los territorios. De manera complementaria, Morales-  
Holguín (2024) destaca la importancia de la interdisciplinariedad y la integración de saberes como rutas  
necesarias para que el emprendedor pueda responder a contextos altamente cambiantes.  
“En esta perspectiva, el emprendimiento no se limita a la creación de empresas, sino que se concibe  
como un proceso de interacción social que vincula actores diversos y genera transformaciones en el  
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ámbito comunitario, donde la innovación social y la articulación territorial resultan tan relevantes como la  
innovación económica (Pitre, Jiménez y Celedón, 2024; Morin, 2005).”  
Aportes complementarios: motivaciones, institucionalismo y pluralidad  
Otras teorías han buscado explicar los factores que determinan la decisión de emprender. McClelland  
(1961) planteó la teoría de las motivaciones, en la que el logro, la afiliación y el poder constituyen  
elementos centrales para comprender las dinámicas del emprendedor. Posteriormente, Krueger y  
Carsrud (1993) propusieron el modelo de intención emprendedora, donde la percepción de viabilidad y  
deseabilidad, junto con la propensión a actuar, se combinan para explicar el surgimiento de nuevos  
negocios. Estas aproximaciones psicológicas complementan las perspectivas económicas, al reconocer  
que el emprendimiento también responde a factores cognitivos y motivacionales.  
En el ámbito latinoamericano, Canales (2023) argumenta que las instituciones desempeñan un rol  
decisivo, pues las denominadas “fallas institucionales” como la corrupción, la burocracia o la falta de  
financiamiento constituyen obstáculos significativos para la actividad emprendedora. Esto conecta con la  
noción de desarrollo endógeno, en la que los territorios y sus instituciones locales son fundamentales  
para la sostenibilidad de los emprendimientos.  
Finalmente, Solís y Castillo (2021) destacan la pluralidad de teorías del emprendimiento, subrayando que  
ninguna disciplina por sí sola puede abarcar la complejidad del fenómeno. Por ello, la integración de  
enfoques económicos, psicológicos, sociológicos y culturales resulta indispensable para una  
caracterización más completa de los ecosistemas emprendedores.  
Emprendimiento en Guayaquil (Ecuador), como referencia para América latina: entre la  
subsistencia y la innovación  
El caso de Guayaquil representa un escenario singular para analizar las tensiones entre los modelos  
teóricos del emprendimiento y las realidades sociales en América Latina. Como ciudad portuaria y motor  
económico del Ecuador, Guayaquil concentra una gran cantidad de iniciativas emprendedoras, tanto en  
sectores tradicionales como en áreas emergentes de comercio, servicios y tecnología. Sin embargo, los  
estudios evidencian que la mayoría de estas iniciativas se desarrollan bajo condiciones de informalidad,  
con un fuerte componente de emprendimiento por necesidad y con limitadas posibilidades de escalar  
hacia procesos innovadores de alto impacto (Hidalgo-Hidalgo, Orellana-Intriago y Bautista-Quijije, 2022).  
En esta línea, los emprendimientos liderados por mujeres, y en particular por madres solteras en el  
noroeste de la ciudad, muestran un marcado carácter de subsistencia. Aunque su resiliencia y espíritu  
emprendedor les permite generar ingresos y mantener la estabilidad del hogar, enfrentan barreras  
estructurales relacionadas con el acceso al crédito, la capacitación técnica y la formalización empresarial  
(Hidalgo-Hidalgo et al., 2022). Estas limitaciones revelan un contraste con la visión schumpeteriana de la  
innovación, puesto que la motivación predominante en estos emprendimientos no se centra en la  
disrupción de mercados, sino en garantizar la supervivencia económica de los hogares.  
Al mismo tiempo, la ciudad cuenta con un ecosistema emprendedor en formación, impulsado por  
iniciativas institucionales y gubernamentales. Pitre, Jiménez y Celedón (2024) resaltan que los  
ecosistemas emprendedores en América Latina requieren la integración de actores diversos para  
consolidarse, y en el caso de Guayaquil, entidades como la Empresa Pública Municipal ÉPICO y la  
Cámara de Comercio han promovido programas de incubación y fortalecimiento de negocios, buscando  
transitar de la informalidad hacia un modelo más innovador y competitivo. Sin embargo, tal como advierte  
Canales (2023), las “fallas institucionales” asociadas a la burocracia, inestabilidad normativa y falta de  
confianza en las políticas públicas, limitan el alcance de estas iniciativas.  
Desde la perspectiva de la complejidad social, el emprendimiento guayaquileño puede entenderse como  
un fenómeno moldeado por múltiples factores. Parada, Aguillón y Zambrano (2023) sostienen que la  
cultura y la educación son elementos decisivos para construir una mentalidad emprendedora de largo  
plazo, mientras que Morales-Holguín (2024) enfatiza la importancia de la interdisciplinariedad y la  
integración de saberes para enfrentar contextos cambiantes. Estos aportes permiten comprender que el  
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complejidad social  
ecosistema de Guayaquil no puede explicarse únicamente desde variables económicas, sino que debe  
analizarse en su articulación con dinámicas sociales, culturales y de género.  
En este sentido, la pluralidad de teorías propuesta por Solís y Castillo (2021) adquiere relevancia, ya que  
el emprendimiento en Guayaquil refleja tanto motivaciones psicológicas (necesidad, resiliencia,  
búsqueda de logro), como condicionamientos económicos (informalidad, barreras de financiamiento) e  
institucionales (falta de políticas eficaces). Esta multiplicidad de factores confirma la pertinencia de  
adoptar un enfoque complejo para caracterizar la realidad emprendedora de la ciudad.  
Reflexiones desde la teoría a la práctica  
El análisis del emprendimiento en Guayaquil pone de manifiesto una serie de tensiones entre los  
postulados teóricos y la realidad empírica. Desde la perspectiva schumpeteriana, el emprendimiento  
debería actuar como motor de innovación y “destrucción creativa” (Schumpeter, 1934), transformando los  
mercados y generando nuevas dinámicas productivas. Sin embargo, los estudios empíricos demuestran  
que gran parte de los emprendimientos guayaquileños responden a motivaciones de subsistencia,  
caracterizadas por la informalidad, la precariedad laboral y la resiliencia frente a la falta de oportunidades  
(Hidalgo-Hidalgo, Orellana-Intriago y Bautista-Quijije, 2022). Esta divergencia sugiere que el modelo  
clásico resulta insuficiente para explicar fenómenos donde predomina la economía popular y solidaria.  
En este punto, el enfoque de la complejidad social aporta una visión más adecuada para comprender las  
dinámicas del emprendimiento en contextos como Guayaquil. Parada, Aguillón y Zambrano (2023)  
sostienen que el emprendimiento debe entenderse como un sistema en el que convergen factores  
internos y externos, individuales y colectivos. De manera complementaria, Morales-Holguín (2024)  
señala que la interdisciplinariedad y la capacidad de articular saberes diversos son claves para que los  
emprendedores puedan generar soluciones innovadoras frente a escenarios de incertidumbre. Esta  
mirada permite apreciar cómo los emprendimientos guayaquileños, aun cuando no siempre son  
innovadores en sentido tecnológico, sí evidencian estrategias creativas y adaptativas que responden a  
realidades sociales complejas.  
Otro aspecto relevante lo constituyen las instituciones. Canales (2023) plantea que en América Latina  
persisten “fallas institucionales” que inhiben el desarrollo emprendedor, tales como la burocracia, la  
corrupción y la inestabilidad normativa. En el caso de Guayaquil, si bien existen esfuerzos institucionales  
como los impulsados por ÉPICO o la Cámara de Comercio, persisten limitaciones en el acceso a  
financiamiento, la capacitación y la formalización, lo que restringe la consolidación de emprendimientos  
sostenibles. Esto confirma que, tal como advierten Pitre, Jiménez y Celedón (2024), el ecosistema  
emprendedor solo puede consolidarse cuando logra articular eficazmente actores económicos, sociales y  
culturales en beneficio del desarrollo colectivo.  
Asimismo, la diversidad de motivaciones observada en Guayaquil se relaciona con los aportes de  
McClelland (1961) y Krueger y Carsrud (1993), quienes destacan que la intención de emprender  
depende tanto de factores internos (logro, autoeficacia, resiliencia) como de la percepción de viabilidad y  
deseabilidad. En los sectores más vulnerables, como el de las madres solteras, el emprendimiento  
emerge más como una respuesta a la necesidad que como un proyecto orientado a la innovación,  
confirmando la importancia de considerar dimensiones psicológicas y sociales en la caracterización de  
los emprendedores.  
En consecuencia, el caso guayaquileño demuestra que no es posible interpretar el emprendimiento  
únicamente desde una lógica económica o innovadora. Tal como señalan Solís y Castillo (2021), se  
requiere una mirada plural e integradora, capaz de articular enfoques económicos, psicológicos,  
sociológicos e institucionales. Solo desde esta perspectiva se podrá avanzar hacia una caracterización  
más realista y contextualizada del emprendimiento en Guayaquil, y al mismo tiempo, identificar los  
espacios donde la innovación puede florecer como motor de transformación social y económica  
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DISCUSIÓN  
Los resultados evidencian que el emprendimiento, lejos de responder únicamente al modelo innovador  
planteado por la teoría schumpeteriana, se manifiesta en contextos como Guayaquil principalmente  
como una estrategia de subsistencia condicionada por factores sociales, económicos e institucionales.  
Esta brecha entre la teoría clásica y la realidad empírica confirma la necesidad de enfoques que  
permitan comprender la complejidad del fenómeno emprendedor en América Latina.  
En este sentido, la perspectiva de la complejidad social aporta un marco interpretativo más pertinente, al  
reconocer la interacción de motivaciones individuales, dinámicas culturales, limitaciones institucionales y  
condiciones territoriales. Asimismo, la pluralidad teórica permite integrar aportes económicos,  
psicológicos y sociológicos, ofreciendo una visión más contextualizada del emprendimiento guayaquileño  
y destacando que, aun sin innovación tecnológica, muchas iniciativas cumplen un rol social relevante en  
la resiliencia y sostenibilidad de los hogares.  
CONCLUSIONES  
El estudio del emprendimiento, desde los fundamentos teóricos de la innovación y la complejidad social,  
permite evidenciar la brecha existente entre los postulados clásicos y la realidad empírica local. Mientras  
la perspectiva schumpeteriana lo concibe como motor de “destrucción creativa” y transformación  
estructural de los mercados (Schumpeter, 1934), se presume que en gran parte de las ciudades de  
américa latina predomina un emprendimiento de subsistencia, asociado a la informalidad, a la  
precariedad laboral y a la búsqueda de resiliencia frente a limitaciones estructurales (Hidalgo-Hidalgo,  
Orellana-Intriago y Bautista-Quijije, 2022).  
Frente a esta tensión, el enfoque de la complejidad social se configura como un marco más adecuado  
para interpretar el emprendimiento guayaquileño. Tal como señalan Parada, Aguillón y Zambrano (2023)  
y Morales-Holguín (2024), el emprendimiento debe entenderse como un fenómeno multifactorial, en el  
que convergen motivaciones individuales, dinámicas sociales, instituciones y contextos culturales. Bajo  
esta mirada, incluso los emprendimientos que surgen por necesidad adquieren un valor social, en tanto  
fortalecen la resiliencia comunitaria y contribuyen al bienestar de los hogares.  
Asimismo, el análisis confirma el papel central de las instituciones. Canales (2023) advierte que las  
“fallas institucionales” persisten como barreras estructurales en América Latina, y Guayaquil no es la  
excepción. Aunque existen iniciativas relevantes de apoyo, la falta de financiamiento, la débil articulación  
de actores y la ausencia de marcos regulatorios eficaces limitan la consolidación de un ecosistema  
emprendedor innovador y sostenible. En este sentido, se hace necesario impulsar políticas públicas más  
coherentes con las realidades sociales locales, que trasciendan la visión empresarial tradicional y  
reconozcan la diversidad de motivaciones y contextos que configuran el emprendimiento.  
De manera complementaria, el aporte de teorías intermedias como la motivación de logro (McClelland,  
1961) o el modelo de intención emprendedora (Krueger y Carsrud, 1993) permiten comprender las  
decisiones individuales en contextos de alta vulnerabilidad, aportando una visión más integral del  
fenómeno. En este marco, la pluralidad teórica planteada por Solís y Castillo (2021) cobra relevancia, en  
tanto resalta la necesidad de integrar enfoques económicos, psicológicos, sociológicos e institucionales  
para caracterizar adecuadamente el emprendimiento.  
En conclusión, el caso de Guayaquil invita a repensar el emprendimiento desde una perspectiva híbrida:  
por un lado, como espacio con potencial de innovación y transformación económica; y por otro, como  
estrategia de subsistencia profundamente marcada por factores sociales, culturales e institucionales.  
Reconocer esta dualidad es fundamental para diseñar políticas, programas de formación y estrategias de  
apoyo que fortalezcan el ecosistema emprendedor local. Finalmente, futuras investigaciones deberían  
profundizar en el análisis comparativo de los distintos tipos de emprendimiento en Guayaquil innovador,  
social, popular y de subsistencia a fin de identificar las condiciones específicas que favorecen su  
sostenibilidad y su aporte al desarrollo regional.  
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